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La cohesión es más que una política, es el principio rector para fortalecer y unir

La cohesión es más que una política, es el principio rector para fortalecer y unir

Treinta años después de la creación del Mercado Único, el antídoto más fuerte de Europa contra el descontento y el creciente nacionalismo sigue siendo la Política de Cohesión. Para asegurar la Unión, este principio básico tan esencial en la agenda progresista debe ser el foco central del próximo mandato, dice Nicolás Schmitcandidato común del PSE y Elisa Ferreiramiembro de la familia política del PES.

La política de cohesión es el combustible de la integración europea

La política de cohesión y el mercado único son dos caras de la misma moneda de la integración europea. De hecho, la Política de Cohesión se reforzó sustancialmente con el Mercado Único en 1993 para evitar que explotaran las disparidades entre los países y dentro de ellos. En aquel entonces, era obvio: Europa significaba solidaridad y prosperidad compartida. Y funcionó. Ya que ha trabajado para que las sucesivas ampliaciones de la UE sean un éxito. En las últimas tres décadas, los Estados miembros de la UE han logrado un crecimiento sin igual convergencia económica gracias a la Política de Cohesión. Los ciudadanos de los estados miembros que se unieron a la UE desde 2004 han visto su PIB per cápita aumentar del 52% del promedio de la UE (2004) a casi el 80% (2021).

La política de cohesión ha sido un motor de productividad, resiliencia económica y social. Es una herramienta clave para aprovechar el potencial de todas nuestras diferentes regiones, promover la convergencia territorial e impulsar la competitividad y la seguridad para toda Europa. La política de cohesión es el pegamento que mantiene unidas a nuestras sociedades.

Pero sería un error medir los logros de la Política de Cohesión únicamente en términos de ganancias “monetizadas”. La política de cohesión encarna el principio de subsidiariedad, empoderar a las comunidades locales. Garantiza que la perspectiva de los entes locales y regionales esté en el centro de la política de la UE. En un momento en que los populistas acusan a la UE de estar distante de los ciudadanos, la Política de Cohesión acerca a la UE, proporcionando un modelo de gobernanza e inversiones, facilitando los intercambios entre regiones, promoviendo la innovación social y ofreciendo a los ciudadanos ejemplos tangibles de lo que Europa realmente significa para sus vidas.

La política de cohesión va más allá del empoderamiento de las comunidades: empodera a las personas. El Fondo Social Europeo+ invierte en las personas, fomentando el empleo, creando viviendas asequibles y ofreciendo educación y formación de calidad. Cuando invertimos en personas, en las habilidades de los trabajadores, en infraestructura crítica y en superar los obstáculos al crecimiento, desencadenamos cambios positivos y convertimos en realidad la esperanza de un futuro mejor para todos.

La política de cohesión es la mejor manera de acercar la UE a los ciudadanos

La política de cohesión es una historia de éxito. En el próximo mandato debemos ir más allá, basándonos en sus principios bien aprobados: convergencia regional ascendente, niveles proporcionalmente más altos de apoyo a las regiones con un menor nivel de desarrollo, subsidiariedad, asociación y gobernanza multinivel.

Muchos programas se crean a nivel local y regional. Como tal, la política de la UE se adapta eficazmente a las realidades locales y regionales y, de esta manera, adapta con éxito las estrategias de desarrollo a las características de cada región, fortaleciendo la cohesión económica y social a nivel local. La política de cohesión requiere simplificación, pero esto no debería conducir a la centralización a nivel nacional de sus programas. Por el contrario, la dimensión regional y local ha definido su éxito y debe continuar.

A diferencia del Fondo de Recuperación y Resiliencia de duración limitada, la Política de Cohesión es un instrumento permanente que genera de manera constante una convergencia regional al alza a largo plazo. Esto debe reforzarse en el próximo mandato. Debemos preservar el papel de la cohesión como base permanente que genera más igualdad, más desarrollo y más prosperidad compartida en tiempos buenos y difíciles.

Del mismo modo, podrían preverse algunas formas de condicionalidad en la financiación de cohesión, concretamente aquellas que tengan un impacto positivo en la calidad del desarrollo regional. Pero los objetivos sociales y ambientales siempre deben tener prioridad sobre los criterios fiscales. El incumplimiento del Estado de derecho provocó, por ejemplo, el bloqueo de fondos para Hungría. Como esto demuestra, la Política de Cohesión también promueve reformas con éxito, y deberíamos considerar cómo reforzarlas respetando plenamente el objetivo de una convergencia regional ascendente. En este sentido, merece una mayor atención un nivel mínimo de descentralización, la mejora de la calidad de las instituciones y el fortalecimiento de la capacidad de las administraciones públicas.

La política de cohesión es más necesaria que nunca

Ahora y en el próximo mandato, debemos asegurarnos de que los ciudadanos comprendan los beneficios concretos de la Política de Cohesión: un apoyo sostenido a todas las regiones con un fuerte énfasis en las menos desarrolladas. O, en términos simples: nuevas escuelas, hospitales, sistemas de tratamiento de residuos, infraestructura vial y ferroviaria. Más apoyo a las PYME e inversión en capacidades de las personas, formación y universidades.

Por lo tanto, la política de cohesión sigue siendo clave para garantizar la cohesión territorial y social en tiempos de cambio y transiciones. No podemos lograr la triple transición climática, digital y social a expensas de nuestra principal política de inversión. Al contrario, necesitamos reforzarlo, ampliar su alcance para hacer frente a las oportunidades y desafíos que surgen de la ecologización de la economía, las nuevas tecnologías, el cambio demográfico y la integración gradual de los países candidatos, ya que el efecto combinado de estas tendencias impacta a los ciudadanos. , territorios y servicios públicos.

La alternativa a una Cohesión reforzada es una UE fragmentada, con un Mercado Único que funciona mal, incapaz de ofrecer a todos los ciudadanos y empresas una oportunidad justa de competir, esforzarse y desarrollarse. Esto inevitablemente alimentaría las tensiones y socavaría la confianza en el proyecto europeo y en nuestro modelo económico y social.

Jacques Delors, uno de los arquitectos de la política de cohesión, dijo la famosa frase que Europa necesita “la competencia que estimula, la cooperación que fortalece y la solidaridad que une”. En efecto, La cohesión es más que una política. Es un principio, un pilar de la UE que fortalece y une a los pueblos de nuestro continente.

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Written by PyE

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