São Paulo, Brasil – Mientras el gobierno de Brasil continúa luchando por reprimir un aumento de la minería ilegal de oro en el Amazonas, los yanomami, una comunidad indígena que habita en una de las reservas más grandes de la región, continúa sufriendo contaminación por mercurio en sus ríos.
El 3 de abril, la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) y el Instituto Socioambiental publicaron un informe conjunto estudiar que muestra que el 94% de las personas que viven en nueve comunidades yanomami han sido contaminadas con altos niveles de mercurio en sus cuerpos. Sin embargo, el alcance real de la devastación puede ser mucho peor, ya que sólo 287 de 31.000 indígenas yanomami participaron en la encuesta.
Las muestras de cabello recolectadas en comunidades cercanas a sitios mineros ilegales en el estado norteño de Roraima mostraron la más alto niveles de exposición al metal pesado. En lugares como Caju, Castanha, Ilha y otros, los investigadores observaron tasas de contaminación alarmantes, que excedían con creces los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
La minería, que utiliza maquinaria pesada como retroexcavadoras y barcazas, no sólo contamina los ríos y el suelo con mercurio sino que también induce importantes alteraciones en el ecosistema local. Los animales esenciales para la dieta de los pueblos indígenas, como los tapires y las pacas, son expulsados y el cultivo se vuelve inviable debido a la concentración de mercurio en el suelo.
Los mineros de oro utilizan el mercurio a gran escala para hacer que el oro se acumule y así facilitar su separación de los demás sedimentos que se encuentran en los lechos de los ríos y arroyos locales. La exposición a altos niveles de mercurio puede afectar la vista, el oído, la memoria y provocar enfermedades más graves.
A partir de sus hallazgos, los investigadores producido una serie de recomendaciones para mejorar la calidad de vida de los yanomami. Entre las acciones de emergencia prioritarias se encuentran el cese inmediato de la minería y el uso de mercurio por parte de los mineros, la expulsión de todos los invasores de tierras del territorio indígena y la construcción de puestos de salud en lugares estratégicos dentro de la reserva.
Desde mediados de febrero de 2023, cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el cargo, el gobierno brasileño ha llevado a cabo decenas de incursiones en el territorio yanomami por parte de las fuerzas de seguridad en un esfuerzo por expulsar a mineros, madereros y ganaderos ilegales. Pero aún así, la situación de los yanomami sigue siendo crítica ya que muchos mineros permanecen. Según el Ministerio de Pueblos Indígenas, el número de invasores de tierras ha aumentado caído de 20.000 al inicio de las operaciones a entre 6.000 y 7.000 en la actualidad.
en un anuncio El lunes, el gobierno brasileño declaró su intención de continuar las operaciones en territorio yanomami, movilizando 800 soldados para completar el territorio de-intrusión.
De enero a marzo de este año, equipos militares brindaron atención médica de emergencia y transportaron más de 15.000 canastas de alimentos, además de apoyar a las fuerzas policiales en el combate al crimen en la región.
En marzo, el Presidente Lula asignó un crédito de mil millones de reales (USD $200 millones) para garantizar la continuidad de la seguridad y la ayuda alimentaria a la población indígena en la Amazonía.