Margarita Gracheva, cuyo marido la secuestró y le cortó ambas manos en 2007 después de que la policía desestimara sus quejas sobre su comportamiento agresivo, recibirá más de 370.000 euros (420.000 dólares) en compensación.
«La Corte determinó, en particular, que las autoridades rusas no habían logrado establecer un marco legal para combatir la violencia doméstica de manera efectiva», dijo la Corte Europea de Derechos Humanos en un comunicado.
El tribunal dijo que recomendó «cambios urgentes en la legislación y la práctica nacionales para evitar que se produzcan violaciones similares».
El Ministerio de Justicia de Rusia no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
En 2017, el presidente Vladimir Putin firmó una ley que alivia las penas por violencia doméstica, citando la necesidad de reducir la intromisión del estado en la vida familiar, pero los activistas de derechos lo llamaron un paso atrás.
En Rusia, la violencia doméstica es un problema particularmente agudo porque los patrones de comportamiento machista masculino están profundamente arraigados y los grupos de derechos dicen que las leyes que protegen a las mujeres son inadecuadas.
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