SAO JOSÉ DOS CAMPOS, Brasil: La empresa aeroespacial brasileña Visiona espera avanzar en su negocio de satélites en un momento en que el país sudamericano indica que busca ampliar su presencia en la industria.
Visiona reveló el viernes por primera vez imágenes obtenidas por un nanosatélite que lanzó el año pasado, el VCUB1, el primer satélite brasileño de observación de la Tierra y recolección de datos diseñado localmente.
«Lo que queremos es que Brasil ya no vea los satélites como ciencia ficción, sino como cosas que pueden resolver nuestros problemas cotidianos relacionados con el medio ambiente, la agricultura y el déficit de planificación», dijo el presidente ejecutivo Joao Paulo Campos en una entrevista.
El gobierno de Brasil ha estado presionando para aumentar su huella en el sector aeroespacial, que considera clave para la seguridad nacional y el desarrollo de tecnologías locales.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva propuso a principios de este mes la creación de una nueva empresa aeroespacial estatal llamada Alada.
Visiona es una empresa conjunta entre el fabricante de aviones Embraer, que posee el 51 por ciento, y la empresa de telecomunicaciones estatal Telebras.
Lanzó el nanosatélite VCUB1 en abril de 2023 y dice que sus primeras imágenes demuestran que el equipo está funcionando y sientan las bases para que avancen otros proyectos, incluido el satélite SatVHR más grande que ahora está desarrollando.
Establecida en 2012, Visiona había participado anteriormente en el programa brasileño de 500 millones de dólares para el Satélite Geoestacionario de Comunicaciones Estratégicas y Defensa (SGDC) construido por Thales y lanzado en 2017.
«Los grandes países siempre tienen una gran infraestructura espacial», dijo Campos en una entrevista. «Brasil, donde el medio ambiente es esencial y la agricultura es esencial, es el país que más puede beneficiarse de los satélites».
Visiona también tiene una lucrativa rama de servicios basados en satélites que presta servicios tanto al sector público como al privado con proyectos en áreas como agricultura, petróleo y gas, servicios públicos y servicios financieros.
Entre sus clientes se incluyen el gobierno del estado de Maranhao, los gigantes de la celulosa Suzano y Klabin, la energética Raizen y la minera Vale.