Las autoridades de la Reserva Federal de Estados Unidos obtuvieron el viernes (26 de julio) nuevas evidencias de avances en materia de inflación, lo que alimentó las expectativas de que utilizarán su reunión de la próxima semana para señalar que podrían comenzar a recortar los costos de endeudamiento en septiembre.
El índice de precios del gasto de consumo personal (PCE) subió sólo un 0,1 por ciento el mes pasado, informó la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio.
Eso sitúa el aumento interanual (que la Fed prevé en un 2 por ciento) en el 2,5 por ciento, tras haber aumentado un 2,6 por ciento en mayo.
Las autoridades de la Reserva Federal han dicho que quieren estar seguras de que la inflación se encamina de manera sostenible hacia el 2% antes de flexibilizar la política monetaria. Los datos del viernes muestran que se están acercando a esa meta, pero aún están por encima de ella, y se espera que mantengan la tasa de política monetaria en el rango del 5,25% al 5,5% la próxima semana para mantener la presión a la baja sobre los precios.
Pero los banqueros centrales estadounidenses, que han mantenido las tasas donde están desde julio pasado, están cada vez más concentrados en el potencial daño al mercado laboral si mantienen los costos de endeudamiento muy por encima de la inflación por mucho tiempo.
La tasa de desempleo, del 4,1 por ciento, sigue siendo baja según estándares históricos, pero ha aumentado en los últimos meses y el crecimiento del empleo se ha desacelerado.
«Desde la perspectiva de la Fed, en conjunto, creemos que los datos muestran suficiente progreso -tanto en la inflación como en las condiciones del mercado laboral- para que los responsables políticos abran la puerta a un recorte de tasas en septiembre en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la próxima semana», escribió la economista jefe estadounidense de High Frequency Economics, Rubeela Farooqi.