TOKIO: Los precios al consumidor básicos de Japón aumentaron un 2,6 por ciento en junio respecto al año anterior, mostraron datos el viernes, acelerándose por segundo mes consecutivo y manteniendo vivas las expectativas del mercado de que el banco central podría subir pronto las tasas de interés.
Los datos estarán entre los factores que el Banco de Japón (BOJ) analizará en su reunión de política monetaria del 30 y 31 de julio, cuando publicará nuevas previsiones trimestrales y debatirá si aumentar las tasas de interés desde los niveles actuales cercanos a cero.
El aumento del índice básico de precios al consumidor (IPC), que elimina el efecto de los precios volátiles de los alimentos frescos, estuvo ligeramente por debajo de la previsión mediana del mercado de un aumento del 2,7 por ciento y siguió al aumento del 2,5 por ciento del mes anterior.
Una reducción en los subsidios gubernamentales destinada a frenar las facturas de servicios públicos aumentó los costos de la energía en un 7,7 por ciento interanual en junio, frente a un aumento del 7,2 por ciento en mayo, lo que ayudó a elevar la inflación general.
Un índice separado que excluye los efectos de los costos de los alimentos frescos y del combustible, seguido de cerca por el BOJ como un indicador más amplio de la tendencia de precios, subió un 2,2 por ciento en junio después de una lectura del 2,1 por ciento en mayo.
La inflación de los servicios subió a 1,7 por ciento en junio desde 1,6 por ciento en mayo, mostraron los datos, en una señal de que las empresas continuaron trasladando el aumento de los costos laborales a través de aumentos de precios.
«Si bien el Banco de Japón aún conocerá el IPC de Tokio de julio antes de su reunión a finales de este mes, las cifras nacionales de junio respaldan nuestro pronóstico de otra subida de tipos en esa reunión», dijo Marcel Thieliant, director de Asia-Pacífico en Capital Economics.
«De cara al futuro, esperamos que la inflación subyacente se mantenga alrededor del 2 por ciento hasta principios de 2025, lo que creemos que impulsará al Banco de Japón a subir las tasas tanto este mes como en octubre».
La economía de Japón se contrajo en el primer trimestre debido a que las empresas y los hogares redujeron el gasto, lo que puso en duda la visión del banco central de una recuperación moderada.
Aunque los analistas esperan que el crecimiento se haya recuperado en el trimestre abril-junio, un yen débil está afectando la confianza de los hogares al aumentar el costo del combustible y los alimentos importados.
El BOJ abandonó las tasas negativas y el control del rendimiento de los bonos en marzo, en un cambio histórico respecto de un programa de estímulo radical que duró una década.
Como la inflación ha superado su objetivo del 2 por ciento durante dos años, el banco central también ha dejado entrever que aumentará las tasas de corto plazo a niveles que no enfríen ni sobrecalienten la economía, considerados por los analistas entre el 1 por ciento y el 2 por ciento.
Muchos economistas esperan que el BOJ aumente las tasas de interés al 0,25 por ciento este año, aunque están divididos sobre si el aumento se producirá en julio o más adelante en el año.