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Por Erik Randolph para RealClearPolicy
Tasa de inflación del índice de precios al consumidor (IPC) de mayo llegó más caliente de lo esperado, y los efectos dominó se están extendiendo por todas partes. Pero al centrarnos tanto en la tasa de inflación, nos estamos perdiendo el panorama general.
La historia más grande es que toda esta inflación está estableciendo un nuevo nivel de precios, garantizando un nuevo máximo para los precios en la economía en las próximas décadas y perjudicando aún más a la clase trabajadora y empobrecida.
El IPC aumentó a una tasa alarmante del 8,6 % en mayo con respecto a su nivel de 12 meses antes, un salto por encima del aumento de la tasa del 8,3 % de abril y una indicación de que la inflación se está calentando nuevamente, no enfriándose como predijeron con optimismo muchos economistas.
Ahora sabemos con certeza que las primeras declaraciones de la administración Biden y la Reserva Federal acerca de que la inflación es transitoria fueron trágicamente equivocadas. La realidad ahora es que la inflación se está incrustando en la economía a medida que las empresas y los inversionistas incorporan una inflación más alta en sus estrategias y los trabajadores se ven obligados a tomar decisiones presupuestarias y buscar aumentos salariales por costo de vida.
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Como resultado, los formuladores de políticas federales se esfuerzan por aumentar las tasas de interés más rápidamente, y probablemente incluso más. como demuestra el aumento del 0,75% de este mes — en un intento de enfriar la inflación.
Pero incluso si la tasa de inflación vuelve al rango objetivo de la Fed, ¿volverá la economía a donde estaba antes? La respuesta es no. Eso se debe al nivel de precios, definido para todos los efectos prácticos como el nuevo “piso” de precios en la economía. La inflación ha estado elevando el nivel de precios durante meses y los estadounidenses se lo están tomando muy en serio. A medida que aumenta el nivel de precios, disminuye el poder adquisitivo.
Lo que es a la vez notable y preocupante es la falta de discusión sobre el nuevo nivel de precios entre los políticos. La única discusión en este momento es acerca de volver a bajar la tasa de inflación. Esto significa que los legisladores federales parecen contentos con dejar elevado el nivel de precios. Esto dejará aún más atrás a los pobres y la clase trabajadora, empeorando la brecha económica en nuestra nación.
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Históricamente, el nivel de precios en los Estados Unidos se ha mantenido bastante estable, aumentando en tiempos de guerra y volviendo a bajar en tiempos de relativa paz. Es decir, hasta que dimos responsabilidad de mantener el poder adquisitivo al gobierno federal en 1946.
Solo tres veces durante ese lapso de 76 años desde que le dimos esa responsabilidad al gobierno el nivel anual de precios bajó: una vez en 1949, otra vez cuando Dwight Eisenhower era presidente y en 2009 en el cierre «oficial» de la Gran Recesión. . En general, el nivel de precios ha aumentado un asombroso 1,515% durante este tiempo.
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Aquí hay dos razones principales detrás del aumento extraordinario en el nivel de precios. Primero, nuestros políticos federales siguen colocando a economistas que temen la deflación en posiciones de poder. Estos economistas asocian la deflación con la Gran Depresión. No hay duda de que la deflación ocurrió durante los primeros años de la Depresión, pero la deflación en sí misma no es dañina y puede indicar una economía saludable.
Estos economistas con fobia a la deflación están ignorando la historia económica de los Estados Unidos cuando la deflación coincidió con algunos de los mayores períodos de crecimiento económico, extendiendo el sueño americano a más estadounidenses de bajos ingresos a medida que aumentaba su nivel de vida.
En segundo lugar, nuestros políticos federales no saben cómo evitar gastar más dinero del que recibe el gobierno. Especialmente durante los buenos tiempos económicos, el gasto deficitario alimenta la inflación.
La única forma en que una familia puede superar un nivel de precios en aumento es un aumento en los salarios mayor o igual al nuevo nivel de precios. Algunos estadounidenses tienen la suerte de estar experimentando esto en este momento, pero la asignación es desigual e injusta.
Los crecientes niveles de ingresos son altamente selectivos y están dejando atrás a la mayoría de los estadounidenses, especialmente a las personas más pobres, los trabajadores con menos poder en el mercado laboral, las comunidades de bajos ingresos, las personas mayores que viven con ingresos fijos y las personas que se preparan para jubilarse.
Los observadores de todos los rincones del espectro político ahora se están dando cuenta de que nuestra nación está sufriendo una grave resaca económica por años de inyectar dólares en la oferta monetaria. El aumento del costo de los productos básicos pronto puede comenzar a afectar el comportamiento del consumidor de manera significativa, lo que probablemente provoque una desaceleración económica y un empeoramiento del panorama del empleo, incluso cuando la inflación sigue siendo un problema.
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Esto señalaría el regreso de la estanflación que experimentó nuestra nación en la década de 1970.
La receta para escapar de este lío es simple pero incluye partes que no son bonitas y son políticamente desafiantes: reducir el gasto del déficit federal, contraer la oferta monetaria y adoptar de manera más agresiva políticas económicas del lado de la oferta. Esto significa políticas que reduzcan los trámites burocráticos para reducir las regulaciones gubernamentales innecesarias, facilitando que los empresarios inicien y expandan negocios y que los inversionistas asuman riesgos al invertir en negocios.
Distribuido con permiso de RealClearWire.
Erik Randolph es director de investigación del Centro de Oportunidades de Georgia.
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