TOKIO: La inflación subyacente de Japón se aceleró en noviembre debido a que el aumento de los costos de los alimentos y el combustible afectó a los hogares, según mostraron los datos del viernes, manteniendo al banco central bajo presión para subir las tasas de interés.
Los datos, que se produjeron a raíz de la decisión del Banco de Japón de mantener las tasas de interés en 0,25 por ciento el jueves, resaltan la creciente presión inflacionaria que podría impulsar al banco a aumentar aún más los costos de endeudamiento.
El índice de precios al consumidor (IPC) básico a nivel nacional, que incluye los productos petrolíferos pero excluye los precios de los alimentos frescos, aumentó un 2,7 por ciento en noviembre respecto al año anterior, según mostraron datos del gobierno, en comparación con un pronóstico medio del mercado de un aumento del 2,6 por ciento.
Se aceleró desde un aumento del 2,3 por ciento en octubre debido en parte a los precios persistentemente altos del arroz y la eliminación gradual de los subsidios gubernamentales para frenar las facturas de servicios públicos.
Un índice separado que elimina el efecto de la volatilidad de los alimentos frescos y el combustible, examinado por el BOJ como un mejor indicador de la inflación impulsada por la demanda, subió un 2,4 por ciento en noviembre respecto al año anterior, después de un aumento del 2,3 por ciento en octubre.
El BOJ puso fin a las tasas de interés negativas en marzo y elevó su tasa de política de corto plazo al 0,25 por ciento en julio, considerando que Japón estaba a punto de alcanzar de manera duradera su objetivo de inflación del 2 por ciento.
Ueda ha subrayado la disposición del BOJ a subir las tasas nuevamente si Japón continúa logrando avances en el logro duradero de su objetivo de precios respaldado por la demanda interna y aumentos salariales sostenidos.