La pobreza en América Latina afecta al 32% de la población total; 28% no estudia ni tiene trabajo remunerado, informe de la CEPAL
En América Latina y el Caribe unos 200 millones de personas viven en la pobreza, con 82 millones en pobreza extrema, señala un informe de la Comisión Económica de la ONU para la región, CEPAL. Las cifras equivalen al 32,1% y al 13,1% de la población total y deben ser abordadas con urgencia para evitar el riesgo de una generación perdida.
A pesar del ligero descenso registrado en 2021, las proyecciones indican que los índices de pobreza y pobreza extrema se mantienen por encima de los niveles previos a la pandemia en 2022 en América Latina y el Caribe, advirtió en su Panorama Social 2022.
“Después de un fuerte aumento de la pobreza y un ligero aumento de la desigualdad de ingresos en 2020 como resultado de la pandemia de COVID-19, las tasas de pobreza extrema y pobreza disminuyeron en 2021 y los estratos de ingresos medios crecieron, pero no lo suficiente como para revertir completamente la situación. efectos negativos de la pandemia”, explica el informe. La CEPAL proyecta que al cierre de 2022 la pobreza se ubique en el 32,1% de la población (porcentaje equivalente a 201 millones de personas) y la pobreza extrema en el 13,1% (82 millones), lo que apunta a una ligera disminución de la pobreza general y un ligero aumento de la pobreza extrema versus 2021, debido a los efectos combinados del crecimiento económico, la dinámica del mercado laboral y la inflación.
Estas cifras significan que 15 millones de personas más vivirán en pobreza en comparación con la situación anterior a la pandemia y que habrá 12 millones de personas más en pobreza extrema que en 2019.
Los niveles de pobreza extrema proyectados para 2022 representan un retroceso de 25 años para la región, subraya el organismo regional.
Como en años anteriores, la CEPAL indica que la incidencia de la pobreza es mayor en algunos grupos poblacionales de la región: más del 45% de la población infantil y adolescente vive en la pobreza, y la tasa de pobreza de las mujeres de 20 a 59 años es superior a la de los hombres en todos los países de la región. Asimismo, la pobreza es considerablemente mayor en las poblaciones indígenas y afrodescendientes.
En 2021, la desigualdad de ingresos (medida por el índice de Gini) disminuyó levemente con respecto a 2020 en América Latina, alcanzando 0,458, nivel similar a 2019.
Mientras tanto, el desempleo proyectado para 2022 representa un retroceso de 22 años, que afecta particularmente a las mujeres, cuyo desempleo se prevé que pase del 9,5% en 2019 al 11,6% en 2022.
Asimismo, América Latina y el Caribe experimentó el apagón educativo más largo del mundo (con un cierre promedio de establecimientos educativos de 70 semanas, frente a 41 semanas en el resto del mundo), lo que exacerbó las desigualdades preexistentes relacionadas con el acceso, la inclusión y la calidad educativa. En este período, una de las principales limitaciones a la continuidad educativa fue el acceso desigual a la conectividad, el equipamiento y las habilidades digitales. En 2021, en 8 de 12 países de la región, más del 60% de la población pobre menor de 18 años no tenía conectividad en su hogar.
Además, en América Latina, el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que no estudia ni realiza un trabajo remunerado aumentó del 22,3 % en 2019 al 28,7 % en 2020, afectando especialmente a las mujeres jóvenes (el 36 % de ellas se encontraban en esta situación, en comparación con el 22% de los hombres).
El gasto social de los gobiernos centrales alcanzó el 13% del PIB en 2021 en América Latina, por debajo del nivel observado en 2020 pero muy por encima de lo registrado en las últimas dos décadas. En el Caribe, el gasto social alcanzó el 14,1% del PIB en 2021, marcando un máximo histórico.
En 2021, el gasto en educación ascendió al 4,1% del PIB (30,5% del gasto social total) en América Latina y el Caribe. “Mientras que el gasto público en educación en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2019 promedió 4,9% del PIB, cifra similar a la de la región (4% del PIB en 2019), el gasto por estudiante en la OCDE es seis veces el equivalente de América Latina y el Caribe en preprimaria, 5,7 veces en primaria, 5,3 veces en secundaria y 6,1 veces en terciaria”, precisa la publicación.
“Nos enfrentamos a una cascada de crisis que ha exacerbado las desigualdades y carencias de la región. No es momento de cambios paulatinos, sino de políticas transformadoras y ambiciosas”, subrayó José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL.