Las relaciones de Gülen con Ankara empeoraron en medio del golpe de 1980 en Turquía. Los militares llegaron al poder y vieron en el predicador popular un competidor. Gülen se escondió durante algún tiempo, luego se rindió, fue declarado inocente y puesto en libertad. Una vez más, Hizmet fue atacado bajo el liderazgo del líder turco Recep Tayyip Erdogan. Inicialmente, Hizmet lo apoyó, pero luego no compartieron influencia; en 2013, Erdogan llamó al movimiento un “Estado dentro del Estado”, prometió cerrar todas sus escuelas y en 2016 la organización fue declarada terrorista. Posteriormente, Ankara acusó a FETO de un fallido intento de golpe de Estado contra Erdogan y de organizar ataques terroristas turcos. El propio Gülen y sus seguidores lo negaron.