BEIJING: Las exportaciones de China probablemente crecieron en noviembre, a un ritmo más lento que los excelentes datos del mes pasado, pero continuando con una tendencia optimista, ya que los exportadores chinos probablemente anticiparon sus envíos en medio de crecientes riesgos arancelarios por parte de la administración entrante de Estados Unidos.
Se espera que los envíos salientes hayan aumentado un 8,5 por ciento interanual en valor en noviembre, mostró la mediana de las previsiones de 22 economistas en una encuesta de Reuters, en comparación con un salto del 12,7 por ciento en octubre.
Es probable que las importaciones crecieran marginalmente, un 0,3 por ciento, volviendo a niveles positivos tras una caída del 2,3 por ciento en octubre.
El pronóstico indica otro mes de datos comerciales boyantes cuya publicación está prevista para el martes, contrarrestando una desaceleración más amplia de la demanda mundial.
Las importaciones de la economía de 19 billones de dólares de China probablemente aumentaron debido a la fuerte demanda continua de equipos de fabricación de chips impulsada por las restricciones a los chips en Estados Unidos.
Mientras tanto, Corea del Sur, un importante indicador de las importaciones de China, informó en noviembre por cuarto mes consecutivo de desaceleración del crecimiento de las exportaciones, alcanzando un mínimo de 14 meses, ya que los envíos a Estados Unidos y China cayeron en medio de la incertidumbre arancelaria.
Los economistas esperan que los exportadores chinos hayan estado anticipando los envíos antes de que se apliquen aranceles más altos cuando el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asuma el cargo, ya que los fabricantes estadounidenses también anticipan las importaciones para mitigar las presiones de costos esperadas.
Trump advirtió sobre aranceles adicionales del 10 por ciento a los productos chinos, después de haber prometido imponer aranceles superiores al 60 por ciento durante su campaña.
Pero incluso antes de que Trump ganara las elecciones y rápidamente regresara con amenazas comerciales, los analistas creían que las fábricas chinas estaban recortando los precios para atraer pedidos, preparándose para los riesgos arancelarios del mayor socio comercial de China.
Mientras tanto, las tensiones no resueltas con la Unión Europea por los aranceles de hasta el 45,3 por ciento a los vehículos eléctricos fabricados en China amenazan con abrir un segundo frente en la guerra comercial de Beijing con Occidente.