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TOKIO: Las fábricas en las economías más grandes de Asia se aceleraron en mayo cuando los problemas de la cadena de suministro disminuyeron, según mostraron encuestas comerciales el jueves, pero la débil demanda mundial siguió siendo un desafío importante para muchos de los grandes exportadores de la región.
Los índices de gerentes de compras (PMI) de China y Japón mostraron oscilaciones en la actividad fabril hacia el crecimiento en el mes, en contraste con indicadores débiles de Corea del Sur, Vietnam y Taiwán, donde continuaron las caídas.
El conjunto irregular de PMI apuntaba a una recuperación desigual de la pandemia, particularmente en China, la segunda economía más grande del mundo, y empaña las perspectivas de crecimiento en la región, pero aun así proporcionó algunos motivos para el optimismo.
«Las encuestas del PMI sugieren que la recuperación económica de China todavía estaba en curso en mayo, aunque a un ritmo más lento. El apoyo fiscal menguante pesó sobre la actividad de la construcción», dijo Julian Evans-Pritchard, analista de Capital Economics.
«Pero la producción manufacturera se aceleró y el sector de servicios todavía está experimentando ganancias decentes, lo que sugiere que el crecimiento del PIB del segundo trimestre puede no ser tan malo como muchos temen».
El PMI manufacturero de Caixin/S&P Global de China subió a 50,9 en mayo desde 49,5 en abril, por encima de la marca del índice de 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción.
La lectura superó las expectativas de 49,5 en una encuesta de Reuters, un marcado contraste con una actividad de contracción más profunda vista en el PMI oficial publicado el miércoles.
«El crecimiento económico actual carece de impulso interno y las entidades del mercado carecen de suficiente confianza, lo que destaca la importancia de expandir y restaurar la demanda», dijo Wang Zhe, economista sénior de Caixin Insight Group.
Pero la confianza empresarial de China para los próximos 12 meses cayó a un mínimo de siete meses en medio de preocupaciones sobre las perspectivas económicas mundiales, mostró el sondeo de Caixin.
El PMI final del au Jibun Bank de Japón subió a 50,6 en mayo, su primera lectura por encima del umbral de 50,0 desde octubre, ya que la reapertura retrasada de la economía debido a los frenos pandémicos aumentó la demanda.
Pero datos separados publicados el miércoles mostraron que la producción de las fábricas japonesas cayó inesperadamente en abril. Si bien una encuesta de fabricantes pronosticó un aumento del 1,9 por ciento en mayo, un funcionario del gobierno dijo que la débil demanda en el extranjero aumenta el riesgo de un ajuste a la baja en sus planes.
En otras partes de Asia, el PMI de Corea del Sur se situó en 48,4 en mayo, ligeramente por encima del 48,1 de abril, pero cayó en su período más largo de lecturas contractivas en 14 años, ya que la desaceleración de la demanda mundial golpeó la producción y los pedidos.
Vietnam, Malasia y Taiwán también experimentaron una reducción de la actividad fabril en mayo, mientras que la de Filipinas se expandió, según mostraron las encuestas.
La economía de Asia depende en gran medida de la solidez de la recuperación de China, que ha sido desigual con el gasto en servicios superando la actividad en los sectores orientados a la exportación.
En las previsiones publicadas en mayo, el Fondo Monetario Internacional dijo que espera que la economía de Asia se expanda un 4,6 % este año después de un aumento del 3,8 % en 2022, contribuyendo con alrededor del 70 % del crecimiento mundial.
Pero recortó el pronóstico de crecimiento asiático para el próximo año a 4,4 por ciento y advirtió sobre riesgos para el panorama, como una inflación más rígida de lo esperado, una desaceleración de la demanda mundial y el impacto del estrés en el sector bancario de Estados Unidos y Europa.
