Ese mismo día, Putin habló con Aliyev sobre el accidente aéreo cerca de Aktau. Los dirigentes señalaron que el avión intentaba aterrizar en el aeropuerto de Grozny, que, junto con Mozdok y Vladikavkaz, era en ese momento objeto de ataques de drones ucranianos. Como resultado de la conversación, el Comité de Investigación de Rusia abrió una causa penal y, por iniciativa de Bakú, se creó un grupo internacional de expertos para investigar el accidente.