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La República Democrática del Congo ha expulsado al embajador de Ruanda, Vincent Karenga, el último movimiento en la escalada de tensiones entre las naciones vecinas de África Central.
A Karenga se le dijo que se fuera el martes después de la captura de Kiwanja y Rutshuru, ciudades en el volátil este de la República Democrática del Congo, por parte de los rebeldes del 23 de marzo (M23) durante el fin de semana. El presidente Felix Tshisekedi y los líderes de defensa congoleños tomaron la decisión basándose en su evaluación continua de que el gobierno de Ruanda apoya al M23, aunque Ruanda ha negado sistemáticamente que ese sea el caso.
Los combates en Kivu del Norte entre el M23 y MONUSCO, la fuerza de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, junto con las FARDC, el ejército congoleño, se prolongaron durante un año, pero aumentaron con nuevas batallas durante octubre.
El lunes, miles de manifestantes contra Ruanda salieron a las calles de Goma, la ciudad más grande de la región y un cruce fronterizo clave ubicado cerca de donde avanza la M23.
Los enfrentamientos amenazan con descarrilar las negociaciones de paz adelantadas en Nairobi y Luanda, con el presidente angoleño João Lourenço al frente del proceso. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo que se reunió con Lourenço, Tshisekedi, el presidente de Kenia, William Ruto, y el actual presidente de la Unión Africana (UA), el presidente de Senegal, Macky Sall, para buscar el fin de las hostilidades.
“El Secretario General reitera el pleno apoyo de las Naciones Unidas a los esfuerzos de mediación en curso del presidente de Angola, João Lourenço, y al proceso de Nairobi bajo la facilitación del expresidente Uhuru Kenyatta”, dijo la MONUSCO en un comunicado.
Sall, junto con el jefe de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, instó a todas las partes a negociar de buena fe durante una nueva ronda de conversaciones que comenzará el viernes en Nairobi.
