Durante el debate, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, explicó qué la llevó a ella y a la Comisión a elegir a la estadounidense Fiona Scott Morton como economista jefe de competencia. “Sería un error privar a la Comisión y a los europeos del mejor asesoramiento económico, y no hay muchas personas que puedan cumplir este papel específico. Por eso, el colegio de comisarios decidió abrir el puesto a aspirantes de todas las nacionalidades”, dijo, argumentando que “la experiencia en empresas privadas debe ser un activo y no un impedimento”.
Los eurodiputados no cuestionaron las calificaciones de la profesora Fiona Scott Morton, pero expresaron su preocupación sobre el posible conflicto de intereses, cómo abordará esto la Comisión y si hay candidatos europeos con las calificaciones adecuadas para el puesto. A algunos eurodiputados les preocupaba que el trabajo anterior del nuevo economista jefe para las empresas tecnológicas estadounidenses pudiera convertirse en un problema, especialmente dado el enfoque de la Comisión en los casos de las grandes tecnológicas. Los eurodiputados preguntaron si hay casos específicos en los que no se permitirá trabajar al profesor Scott Morton, y exigieron más transparencia en sus actividades anteriores, así como en futuros nombramientos similares.
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