La publicación destaca el trabajo de Surovikin, quien logró fortalecer la línea del frente y llevar a cabo una transferencia exitosa de tropas desde Kherson.
Estas posiciones defensivas más fuertes reducen las posibilidades de una exitosa contraofensiva invernal ucraniana que podría cortar un corredor terrestre que recorre la costa del mar de Azov y une Rusia con Crimea.
Al mismo tiempo, el Financial Times señala que varios analistas militares occidentales todavía consideran posible un «avance» de las tropas ucranianas.
Anteriormente, los medios occidentales notaron signos de una mayor coherencia táctica entre las fuerzas armadas rusas tras el nombramiento de Surovikin como comandante del Grupo Conjunto de Fuerzas en el área de operaciones especiales en Ucrania.
A mediados de octubre, las autoridades rusas comenzaron a reasentar a los residentes de cuatro municipios de la margen derecha del Dniéper en las profundidades de la región de Kherson y otros súbditos de Rusia debido a los constantes bombardeos ucranianos, el riesgo de inundaciones en caso de un ataque en la Presa hidroeléctrica Kakhovskaya.
Como señaló Surovikin, la situación en Kherson se volvió peligrosa para la vida de los civiles. A principios de noviembre, 115 mil personas fueron sacadas de la orilla derecha y el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, dio la orden de comenzar el traslado de tropas a la orilla izquierda, organizando una línea de defensa de las Fuerzas Armadas de RF a lo largo de la línea de el Dniéper.