São Paulo, Brasil – En un viaje de tres días a China la semana pasada, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió con su homólogo, el presidente Xi Jinping, y firmó 15 acuerdos comerciales y de asociación con el mayor socio comercial de Brasil. Mientras estuvo en China, Lula también criticó el dominio del dólar estadounidense en la economía mundial.
Lula llegó el martes a Shanghái, donde asistió a la ceremonia de toma de posesión de la expresidenta Dilma Rousseff como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, el bloque comercial integrado por Brasil, China, Rusia, India y Sudáfrica. En el evento, Lula criticó el modelo de financiación tradicional de las instituciones financieras internacionales, que utiliza el dólar en detrimento de otras monedas.
“Por primera vez se constituyó un banco de desarrollo de alcance global sin la participación de los países desarrollados en su fase inicial. Libres, por tanto, de las trabas y condicionalidades impuestas por las instituciones tradicionales a las economías emergentes. Además, con la posibilidad de financiar proyectos en moneda local”, dijo.
El presidente también criticó al Fondo Monetario Internacional (FMI), al que acusó de “asfixiar” a la Argentina. Para él, los bancos deben tener “paciencia” y tener presente la palabra tolerancia a la hora de renovar sus acuerdos de financiación.
“Ningún gobierno puede trabajar con un cuchillo en la garganta debido a sus deudas”, dijo.
Aún en Shanghái, Lula visitó el centro de investigación y desarrollo del gigante de la tecnología y las comunicaciones Huawei, que opera en Brasil desde hace 25 años. A finales del año pasado, Estados Unidos prohibido la importación de equipos de comunicaciones fabricados por Huawei, citando riesgos de seguridad nacional.
Luego de visitar otras empresas chinas, Lula viajó a Beijing y se reunió con el presidente Xi. Los dos líderes firmaron 15 acuerdos comerciales y de asociación que abarcaron áreas como la cooperación espacial, la investigación y la innovación, las economías digitales, la lucha contra el hambre, el intercambio de contenidos de comunicaciones entre los dos países y la facilitación del comercio.
Se realizaron otros acuerdos relacionados con la certificación electrónica de productos de origen animal y los requisitos sanitarios para los mataderos de Brasil que exportan carne a China. Brasil es el mayor proveedor de carne vacuna para el país asiático y el 60% de la producción de carne brasileña se vende a China.
Además, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y el China Development Bank (CDB), bancos de desarrollo de ambos países, firmaron un acuerdo para captar hasta US$ 1,3 mil millones para inversiones en Brasil.
Según el BNDES, los fondos podrán ser destinados a sectores como saneamiento, manufactura y alta tecnología, además de contribuir para fortalecer el comercio bilateral entre Brasil y China.
China ha sido el principal socio comercial de Brasil desde 2009. El volumen negociado entre los dos países en 2022 fue de US $ 150,4 mil millones.
Lula partió el viernes de Beijing y viajó a Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, donde se reunió con el presidente y emir de Abu Dhabi, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan.
Críticas al viaje de Lula a China
Aunque el gobierno consideró exitoso el viaje a China, algunas de las declaraciones de Lula generaron críticas, especialmente sus quejas sobre la fortaleza del dólar estadounidense en la economía mundial y su defensa de que los países BRICS utilizan una moneda única para las transacciones entre ellos.
“Necesitamos tener una moneda que transforme a los países en una situación un poco más pacífica. Porque hoy un país necesita correr tras el dólar para poder exportar, cuando podría exportar en su propia moneda, y de eso seguramente se encargarían los bancos centrales”, dijo Lula.
Alguno economistas brasileños y periodistas interpretó los comentarios como golpes “indirectos” a los EE. UU. y temió que pudieran poner en tensión la relación de Brasil con el gobierno del presidente Joe Biden.
Sin embargo, el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, dijo que la proximidad del gobierno brasileño con China no afecta su relación con EE.UU. Según él, la política exterior brasileña siempre se centró en el multilateralismo.
“Brasil expandió su comercio exterior a otras regiones del mundo durante los ocho años del presidente Lula (2003-2010), redujo su dependencia del comercio exterior con la economía estadounidense, pero al mismo tiempo aumentó su relación con la economía estadounidense durante ese período, ”, dijo Padilha.