Tras quedar en segundo lugar en las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y del 7 de julio, la coalición apoyada por Macon logró conservar la presidencia de la Asamblea Nacional gracias al apoyo de los diputados de derecha.
Atrapados entre la coalición de izquierda del Nuevo Frente Popular (NFP) y la extrema derecha del Agrupamiento Nacional (RN) en el Parlamento, los diputados de Macron han logrado reelegir a Yaël Braun-Pivet como líder de la Asamblea Nacional.
Elegida en la tercera vuelta de las elecciones con 220 votos contra los 207 del comunista André Chassaigne y los 141 del candidato del RN Sébastien Chenu, recibió el apoyo de los diputados del partido de derecha Les Républicains.
«Me comprometo a trabajar con todos y cada uno de ustedes. Estas elecciones significan más para mí que las de 2022», enfatizó al final de la votación.
Braun-Pivet es la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de la Asamblea Nacional, tras ser elegida en 2022 gracias a la abstención de los diputados del RN.
Tras los resultados electorales, los partidos de izquierda del NFP denunciaron una vez más las «intrigas» del campo presidencial.
‘Al precio de un acuerdo secreto con los republicanos, cuyos detalles descubriremos más adelante […] El candidato del Elíseo recupera [the presidency of the National Assembly] «Después de tres derrotas consecutivas en las elecciones europeas y legislativas, es una negación total de la democracia», explicó Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista (PS) en la red social X.
Como cuarto funcionario de mayor rango del Estado francés después del Presidente de la República, el Presidente del Senado y el Primer Ministro, el residente de la Asamblea Nacional es el principal responsable de garantizar el buen desarrollo de los debates en la Cámara, pero también tiene poderes de nombramiento, en particular en el Consejo Constitucional.
Tras haberse beneficiado de la creación de un «frente republicano» contra la extrema derecha durante las elecciones legislativas y, por tanto, del apoyo de muchos votantes de izquierda, la coalición presidencial ha utilizado esta vez a la derecha para hacer retroceder a los partidos del NFP.
Sin embargo, la unión formada sigue siendo demasiado estrecha para dominar la Asamblea Nacional, a pesar del llamamiento que hizo Macron el 10 de julio a las «fuerzas políticas republicanas» para que «construyan una mayoría sólida». En conclusión, Francia está todavía muy lejos de salir de la crisis política en la que se encuentra sumida desde la disolución del 9 de junio.
Al margen de la votación, la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a una manifestación en París para exigir que el presidente Emmanuel Macron designe a un primer ministro del partido NFP, vencedor en las últimas elecciones legislativas.
«La democracia debe ser respetada por fin», afirmó Sophie Binet, secretaria general del sindicato.
(Laurent Geslin (Euractiv.fr)