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El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo el martes que reconocía que su decisión de convocar elecciones parlamentarias anticipadas en junio había creado más inestabilidad política en el país, en un raro momento de arrepentimiento.
El discurso corona un 2024 tumultuoso para Macron, quien conmocionó a la nación a mediados de año al convocar elecciones anticipadas, una apuesta que fracasó cuando los votantes lograron un parlamento sin consenso con un gran aumento de legisladores de extrema derecha, diluyendo el poder de Macron.
«La lucidez y la humildad me obligan a reconocer que, en este momento, esta decisión ha producido más inestabilidad que paz, y lo reconozco plenamente», dijo Macron en un discurso televisado antes de las celebraciones de Año Nuevo.
«La disolución provocó más divisiones en la Asamblea que soluciones para el pueblo francés», añadió, en el mea culpa más claro desde las elecciones. Macron justificó su decisión de convocar elecciones anticipadas tras los malos resultados de las elecciones europeas por la necesidad de «aclarar» la situación política.
Pero perdió su mayoría viable y tardó dos meses en nombrar un gobierno minoritario, que finalmente colapsó en diciembre, la primera vez que esto sucedió en Francia desde 1962.
Como resultado, Francia no logró aprobar un presupuesto para 2025 antes de la fecha límite de fin de año, y Macron tuvo que nombrar a su cuarto primer ministro este año, el veterano centrista Francois Bayrou, en diciembre.
Decisiones a tomar
Macron también abrió la puerta a utilizar referendos este año, sin utilizar la palabra, diciendo que pediría a los franceses que decidieran sobre cuestiones «decisivas», sin dar más detalles sobre cuáles.
«Quiero que actuemos con el año 2050 en la mira. Tendremos que tomar decisiones para nuestra economía, nuestra democracia, nuestra seguridad y nuestros niños», dijo.
La constitución francesa otorga poderes al presidente para iniciar referendos. Macron también ha utilizado «convenciones ciudadanas», reuniones de ciudadanos elegidos al azar sin ningún poder vinculante, en el pasado para sofocar revueltas como la rebelión de los chalecos amarillos sobre ciertos temas.
En cuestiones internacionales, en las que conserva amplios poderes diplomáticos y militares, Macron dijo que la Unión Europea debería dejar de ser «ingenua» en lo que respecta al comercio internacional, mientras el bloque enfrenta amenazas de aranceles por parte del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
«Debemos decir no a las reglas comerciales promulgadas por otros y que somos los únicos que aún debemos cumplir, decir no a todo lo que nos hace más dependientes de los demás, sin concesiones y sin preparar el futuro», afirmó.
También mencionó la guerra en Ucrania y Medio Oriente, y la manipulación electoral en Georgia, Rumania y Moldavia, como prueba de que Europa no debería dar por sentada su seguridad.
«Es por eso que Europa debería dejar de delegar su seguridad y defensa a otras potencias», dijo, instando a los socios de la UE, que a menudo dependen del paraguas de seguridad de Estados Unidos, a hacer más por su propia defensa.
