LONDRES: La empresa de pagos Mastercard lanzó el miércoles (21 de junio) un proyecto global para reciclar tarjetas de crédito y débito como parte de un plan para salvar de los vertederos los miles de millones de tarjetas en circulación en la industria.
Al asociarse inicialmente con el prestamista británico HSBC Holdings en ocho sucursales en Gran Bretaña, Mastercard dijo que los bancos de todo el mundo, algunos de los cuales han lanzado iniciativas locales, podrían unirse al programa y ayudar a construir economías de escala.
«Estamos invitando a todos los emisores de tarjetas de todo el mundo a asociarse con nosotros, sin importar en qué región se encuentren, y ofrecer reciclaje de tarjetas a sus clientes», dijo Ajay Bhalla, presidente de cibernética e inteligencia de Mastercard.
Según el plan, Mastercard proporcionará trituradoras a HSBC, cada una de las cuales tiene capacidad para 10.000 tarjetas, equivalentes a 50 kg (110 libras) de plástico. Una vez lleno, se transferirá a una instalación de reciclaje de plástico.
Los detalles financieros sobre el plan no fueron revelados. El proyecto piloto, que tendrá una duración inicial de seis meses, permitirá a los clientes reciclar cualquier tarjeta de plástico, incluidas las de los rivales.
«Este piloto de reciclaje nos brindará una perspectiva muy importante e informará nuestros planes a más largo plazo», dijo José Carvalho, director de banca patrimonial y personal de HSBC Reino Unido.
Actualmente, Mastercard dijo que tiene alrededor de 3.100 millones de tarjetas en circulación. Cada año, se estima que la industria produce alrededor de 600 millones de tarjetas, cada una con una vida útil de alrededor de cinco años.
El Informe Nilson, que analiza la industria, colocó un total de tarjetas en circulación en casi 26 mil millones en 2022 y pronosticó que podría aumentar a 28,4 mil millones para 2027.
El uso vertiginoso de plástico ha creado uno de los mayores desafíos ambientales del mundo, con desechos plásticos enterrados en vertederos o contaminando ríos y océanos. El proceso de fabricación de plástico también es una fuente importante de gases de efecto invernadero que calientan el planeta.