Muchos mexicanos mostraron persistentes secuelas por COVID-19
Una encuesta de la Secretaría de Salud de México dada a conocer esta semana ha demostrado que más de un tercio de los pacientes que han sido infectados con el SARS-CoV-2 aún presentan problemas recurrentes conocidos como “secuelas persistentes” a pesar de haber superado la enfermedad.
El estudio también indicó que el 62,5% de los infectados sufrieron un impacto posterior, aunque solo temporal. El efecto más frecuente es el de “fatiga”, seguido de dolor muscular o articular, tos, dolores de cabeza, pérdida o disminución del olfato, dificultad para respirar, fiebre y pérdida o disminución del gusto.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 (Ensanut 2021) encontró que otros impactos posteriores fueron “dificultad para dormir, pérdida de peso, dificultad para respirar, ansiedad y dolor en el pecho”.
El estudio, realizado entre agosto y noviembre de 2021 en 12.619 hogares, también reveló que el 75 % de los mexicanos tenían anticuerpos después de la infección o la vacunación y que el 57,9 % de los residentes se había infectado en alguna medida.
La investigación también encontró que el 70% de las personas infectadas con COVID-19 fueron tratadas en clínicas privadas, ya que el sistema nacional de salud se vio forzado a superar sus capacidades en medio de un escenario de pandemia. Al menos el 32,1% de los pacientes acudió a clínicas con médicos privados en barrios y el 11,7% a clínicas contiguas a farmacias, donde los médicos suelen ser menos calificados y sus recetas suelen estar vinculadas al consumo de medicamentos, según el informe.
Arantxa Colero, especialista del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del INSP, explica a ANSA que “la gente tiene la sensación de que el coste de las consultas en farmacia es bajo” porque no tienen en cuenta el gasto en medicamentos, que “es elevado”. Otro 10% fue atendido en consultorios de hospitales privados, el 6,7% recibió atención privada en sus domicilios y el 2,7% a distancia, mostró el estudio. Colero también argumentó que la mayoría de los mexicanos preferían las clínicas privadas por temor al contagio en los hospitales estatales.
“No hay evidencia de que la calidad de la atención en el sector privado sea mejor que en el sector público”, dijo Colero.
Con más de 327.000 muertos y 6,7 millones de contagios, México fue el quinto país con la tasa de mortalidad más alta del mundo por la pandemia, después de Estados Unidos, Brasil, India y Rusia.
Aparentemente, una quinta ola de COVID-19 alcanzó su punto máximo el 13 de julio, pero la cantidad de casos se ha ido desacelerando desde entonces, según el viceministro de Salud, Hugo López-Gatel, quien estimó que los casos activos habían disminuido. Las autoridades mexicanas aún recomiendan medidas preventivas junto con el uso de cubrebocas y mantener la distancia social.
(Fuente: ANSA)