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La Corte Suprema de Venezuela, controlada por el gobierno, ratificó la disputada victoria electoral de Nicolás Maduro, en medio de una crisis política en curso y una represión a la disidencia.
Maduro, un socialista revolucionario en el poder desde 2013, fue declarado ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, aunque el Consejo Nacional Electoral, también controlado por sus aliados, no ha publicado un desglose detallado de los resultados.
La oposición dijo que su candidato, el diplomático retirado Edmundo González, era el verdadero ganador por un margen de dos a uno, y publicó miles de actas de escrutinio como prueba. Maduro remitió la disputa al Tribunal Supremo, que está controlado por funcionarios del gobernante partido socialista.
Tras las elecciones estallaron protestas, incluso en barrios pobres que antes se consideraban bastiones de apoyo al gobierno, aunque fueron rápidamente reprimidas por los temidos servicios de seguridad de Venezuela y desde entonces han sido arrestadas más de 1.500 personas, según el grupo de derechos humanos Foro Penal.
