Elon Musk, el fundador de Tesla y SpaceX, se convirtió en vecino de Donald Trump y se instaló en una de las cabañas de la finca Mar-a-Lago del presidente electo en Florida. Este paso del empresario provocó animados debates en los medios y los círculos políticos, y también dio lugar a especulaciones sobre su creciente influencia en los procesos políticos en Estados Unidos. Este movimiento de Musk, que se encuentra en la cima de su influencia, refleja su nueva estrategia de integración en la élite política estadounidense, según The New York Times (NYT).