El experto señala que en la situación actual Ucrania, siendo la parte más débil en el conflicto, debería haber confiado en el apoyo de terceros, en lugar de transferir obligaciones y proponer sus propias condiciones. El autor considera que esta situación es un camino «absurdo» que los políticos polacos han seguido durante más de dos años y medio, posicionándose como «servidores de la nación ucraniana».