Petro juramentó como presidente de Colombia: tiempos de cambio por delante
Gustavo Petro asumió el domingo como el primer presidente de izquierda de Colombia, reemplazando así al conservador e impopular Iván Duque.
Tras tomar posesión del cargo, el nuevo jefe de Estado y ex guerrillero armó un gabinete ecléctico para lanzar una serie de reformas que serán presentadas ante el Congreso el lunes.
El exsenador de 62 años había dicho el sábado que “aquí comienza un gobierno que luchará por la justicia ambiental”.
A Petro se sumó la abogada ambientalista Francia Márquez, quien a los 40 años se convirtió en la primera mujer afrodescendiente en llegar a la Vicepresidencia.
El nuevo presidente fue, tras dejar sus días de guerrillero, senador durante mucho tiempo y alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015.
Petro había intentado dos veces antes convertirse en presidente. En las elecciones de 2018, perdió la segunda vuelta ante Duque.
La última vez que un político de izquierda intentó llegar al poder en Colombia, la historia dio un giro: el 9 de abril de 1948, el asesinato del exalcalde de Bogotá y abogado Jorge Eliécer Gaitán se convirtió en uno de los argumentos fundacionales de los grupos armados ilegales.
Antes de Gaitán, el presidente colombiano más a la izquierda fue el liberal Alfonso López Pumarejo (1934-1938 y 1942-1945). Economista como Petro, transformó al país en su primer mandato con lo que llamó “la revolución en marcha”, que modernizó los sistemas laboral, judicial y educativo, al tiempo que creó las condiciones para el progreso económico tanto del Estado como de los empresarios locales.
La llegada de Petro a la presidencia se considera como la llegada de los tiempos en que se escucharán los derechos de los afrodescendientes o indígenas, además de los campesinos.
El nuevo presidente ha prometido reformas económicas destinadas a acabar con ciertas exenciones y ampliar la base de contribuyentes, sin tocar a la clase trabajadora. También apuesta por un enfoque ecologista. Con él, Colombia entra en una época de cambios. Con una amplia mayoría en el Congreso, se cree que el nuevo gobierno tiene el camino despejado para las reformas que pretende implementar, como aumentar los impuestos a los más ricos, afinar la recaudación de impuestos e imponer impuestos a las bebidas azucaradas.
Petro está decidido a reducir la brecha entre ricos y pobres, una de las más amplias del continente junto con Brasil, con mayor acceso al crédito, subsidios y educación pública.
En el ámbito internacional, Petro retomará relaciones diplomáticas y comerciales con la Venezuela de Nicolás Maduro. También se espera que se retomen los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla reconocida en el país.
Petro también recibe a un país con la mayor producción de cocaína del mundo, ante lo cual ha propuesto repensar la fallida política antidroga.