La crisis del año pasado subrayó la necesidad de una Europa más unida. Debemos aprovechar esta oportunidad para hacer de la Conferencia sobre el Futuro de Europa un verdadero foro con los ciudadanos para trabajar juntos para lograr una Europa más soberana y democrática, dice el presidente de la UEF y renovar el eurodiputado Sandro Gozi.
El proyecto de la Comunidad Europea es un ejemplo exitoso de cooperación. Hace más de 60 años se sembró la semilla de esta gran idea, esta magnífica herramienta económica, política y social que convirtió a un continente, desarticulado por la guerra, en un lugar de paz.
La respuesta eficaz de la Unión Europea (UE) a la crisis sanitaria, económica y social provocada por el COVID-19 debería ser un acelerador de reformas de todo tipo dentro de la estructura de la UE.
La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de profundizar la integración política europea si no queremos actuar «ad hoc» en futuras crisis. Además, la falta de competencias comunitarias en determinados ámbitos ya es insostenible, al igual que la falta de controles y contrapesos inherentes a cualquier democracia para gestionarlos. Si avanzamos en competencias y división de poderes, avanzaremos hacia una Europa federal. Esto es algo que hemos perseguido desde el Tratado de Roma. Entre otros, la compra de vacunas, la certificado digital o NextGenerationEU son los últimos pasos en esta dirección que no dejan lugar para la duda.
En ese sentido, deberíamos entender la Conferencia sobre el futuro de Europa como un medio para alcanzar un fin. La Conferencia debe hacer propuestas claras y plasmarlas en los Tratados. Depende de los gobiernos, las instituciones, los partidos y los ciudadanos europeos tomar la iniciativa y convertirlo en un éxito.
Surge la cuestión de qué progresos se deben hacer en términos de competencias y división de poderes. Deben realizarse cambios para acercar el horizonte federal y así aumentar la eficacia de la democracia europea.
Las ideas recogidas en la Plataforma Digital y en los Paneles de Ciudadanos cubren una amplia diversidad de temas, pero los más respaldados tienen una cosa en común: los ciudadanos piden una Europa más democrática y soberana. Los contribuyentes piden una reestructuración de las instituciones europeas o incluso una federalización de la Unión Europea.
Hoy en día, los ciudadanos necesitan y quieren una fuerte, legítima y Unión política debidamente financiada que pueda abordar los grandes desafíos transnacionales de nuestro tiempo, actuando con decisión en una amplia gama de ámbitos políticos, desde el cambio climático, las crecientes desigualdades sociales, la salud y la migración hasta los asuntos exteriores y la defensa. Los ciudadanos piden más democracia paneuropea: partidos y movimientos políticos europeos reales y campañas para las elecciones europeas, basadas en la creación de una circunscripción paneuropea y listas electorales transnacionales encabezadas por los candidatos a la presidencia de la Unión Comisión.
Los europeos reclaman una Unión que sea a la vez una comunidad de destino y valores, y un modelo para el nuevo mundo que está tomando forma: un ejemplo de cómo los países pueden vivir juntos en paz, construir la solidaridad social y transfronteriza, y proteger los derechos humanos, el estado de derecho y libertades fundamentales.
En este contexto, las reformas son cruciales para mejorar la dimensión democrática de la UE al otorgar nuevos poderes directos al Parlamento Europeo (PE):
- los EP debe tener poder fiscal. Como en cualquier democracia, el organismo que representa a los ciudadanos debería poder decidir sobre los recursos fiscales de la Unión, mientras que hoy el PE se encuentra en la situación anómala de representar a los ciudadanos pero sin poder para gravar y decidir sobre los recursos de la Unión. Este cambio se torna urgente también por la necesidad de asegurar la deuda de NextGenerationEU a través de mecanismos que permitan la creación de nuevos recursos sin pasar por una decisión unánime de los estados.
- El PE debe tener el poder de decidir en pie de igualdad con el Consejo sobre la coordinación de las políticas económicas y de empleo de los Estados miembros.
- Debería tener poder de iniciativa legislativa además del poder de iniciativa de la Comisión en casos de inacción de la Comisión.
- Debe reforzarse su papel en relación con el procedimiento de revisión de los Tratados.
La crisis del año pasado puso de manifiesto la necesidad de una Europa más unida. Por lo tanto, debemos aprovechar esta oportunidad para hacer de la Conferencia sobre el futuro de Europa un verdadero foro con los ciudadanos para trabajar juntos para lograr una Europa más soberana y democrática. Estas reformas sentarán las bases para una verdadera vida política democrática a nivel europeo y, al mismo tiempo, una Europa eficaz en su acción. El momento de hacerlo es ahora: ahora o nunca. No desperdiciemos esta oportunidad.