La inclusión de empresas chinas en las listas negras de Estados Unidos no es nueva. Pero en los últimos años, el creciente dominio de las empresas chinas en sectores como las baterías de vehículos eléctricos y la construcción naval ha atraído una importante inversión extranjera y una atención que las hace particularmente susceptibles a las acciones regulatorias estadounidenses.
El martes, el Departamento de Defensa de EE.UU. añadió a CATL, el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos del mundo, y a Tencent, el mayor fabricante de juegos, para una lista negra por presuntos vínculos con el ejército chino. Las acciones de ambos cayeron en respuesta: en el caso de Tencent, más del 7 por ciento en Hong Kong, lo que pone de relieve la sensibilidad de los inversores a las crecientes tensiones geopolíticas y riesgos regulatorios. Pero la liquidación debería ser de corta duración.
Otras empresas en la lista negra militar china incluyen al fabricante de chips Changxin Memory Technologies y la compañía naviera más grande de China, Cosco Shipping Holdings, además de dos constructores navales locales. Tencent y CATL negaron tener vínculos militares y calificaron la designación como un error.
Las preocupaciones de los inversores sobre el impacto potencial de la última lista negra son comprensibles dada la cuota de mercado global y la base de inversores de las empresas afectadas. Los constructores navales chinos, por ejemplo, representaron casi las tres cuartas partes de todos los nuevos pedidos mundiales el año pasado.
Pero no todas las listas negras son iguales. Existen ciertos tipos de listas negras que pueden causar mucho daño financiero a las empresas afectadas. Por ejemplo, la lista de entidades mantenida por el Departamento de Comercio, que restringe las exportaciones estadounidenses de bienes y tecnología a entidades enumeradas sin licencia, es una de ellas. Otra es la prohibición de invertir en determinadas empresas chinas, ya que esto da a los inversores estadounidenses un plazo para desinvertir, lo que da lugar a una liquidación duradera.
Pero estar incluido en la lista negra militar china es una designación que no conlleva sanciones específicas y no implica prohibiciones inmediatas para las empresas. Para Tencent, que obtiene la mayor parte de sus ingresos fuera de Estados Unidos, el impacto financiero debería ser limitado. Si bien CATL suministra a empresas estadounidenses, incluida Tesla, los analistas estiman que los ingresos estadounidenses constituyen menos de una décima parte del total del grupo para ambas empresas.
También existe un precedente para impugnar tales designaciones. El fabricante chino de teléfonos inteligentes Xiaomi impugnó con éxito su inclusión en la lista negra militar del Departamento de Defensa de EE. UU. en 2021 mediante una demanda. A los pocos meses llegó a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para ser destituido. Las acciones de Xiaomi subieron alrededor del 30 por ciento en los meses siguientes.
La reacción del mercado del martes sirve como recordatorio de los riesgos inherentes que plantea la creciente rivalidad geopolítica entre China y Estados Unidos. Pero el impacto material sobre las empresas afectadas debería ser mínimo.