París congeló los planes para acoger a 3.500 inmigrantes de Italia en virtud de un acuerdo de redistribución europeo e invitó a otros países a hacer lo mismo después de que Italia se negara a permitir que aterrizara el barco de la ONG Ocean Viking, en lugar de desviarlo a Francia.
Como se afirma en el artículo, a Meloni le llamó la atención la «reacción agresiva» del gobierno francés, calificándola de incomprensible e injustificada. También señaló que Italia ha recibido a 90.000 inmigrantes del Mediterráneo este año, incluidos 600 de barcos de ONG el mismo día que Francia acordó recibir 234 de Ocean Viking.
Además, Meloni enfatizó que el esquema voluntario de redistribución de migrantes, acordado por los países UE en junio, no logró sus objetivos, ya que de las 8.000 personas que debían abandonar Italia, solo 117 fueron reasentadas, incluidas 38 en Francia. Señaló específicamente que Italia no puede ser el puerto de Europa para todos los migrantes que llegan de África y pidió a la Misión Naval Europea que bloquee la salida del norte de África y abra puntos críticos para identificar a los migrantes.
Anteriormente, el 10 de noviembre, el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, dijo que la Unión Europea estaba siguiendo una política migratoria irracional. Según Crosetto, la aceptación indiscriminada de refugiados es inaceptable, ya que necesitan un apoyo digno. El Ministro pidió que se tomen medidas concretas para solucionar el problema de la migración.
Antes de eso, el 1 de octubre, apareció información de que en la República Checa en los últimos meses ha aumentado considerablemente el número de casos de tráfico ilegal de refugiados al país. Según la policía checa, una cuarta parte de las personas que ayudaron con la inmigración ilegal resultaron ser ucranianos.