TOKIO: La producción fabril de Japón registró la mayor caída mensual en dos años en mayo, ya que los cierres de China por el COVID-19 y la escasez de semiconductores y otras piezas afectaron a los fabricantes, lo que se sumó a las señales preocupantes de una economía que lucha por lograr una fuerte recuperación.
La caída también destaca el desafío que enfrenta la tercera economía más grande del mundo para superar las interrupciones del suministro y los precios persistentemente altos de las materias primas y la energía.
La producción fabril se desplomó un 7,2 por ciento desestacionalizado en mayo con respecto al mes anterior, según mostraron datos oficiales el jueves, ya que la producción de artículos como automóviles y maquinaria eléctrica y de uso general se redujo drásticamente.
La caída, que marcó la reducción mensual más pronunciada desde una caída intermensual del 10,5 % en mayo de 2020, fue mucho mayor que la caída del 0,3 % esperada por los economistas en un sondeo de Reuters.
«La caída de la producción industrial en mayo sugiere que la recuperación de Japón es decepcionante una vez más», dijo Marcel Thieliant, economista senior de Japón en Capital Economics.
«La sabiduría convencional es que la escasez de suministro es el principal culpable», agregó. «Sin embargo, el hecho de que los inventarios se mantuvieran estables en términos generales a pesar de la caída de la producción sugiere que la débil demanda está jugando un papel».
Los datos llegan un día después de que Toyota Motor Corp, el mayor fabricante de automóviles del mundo por ventas, dijera que no cumplió con su objetivo de producción global ya rebajado para mayo.
Toyota produjo 634.940 vehículos en todo el mundo el mes pasado en comparación con su objetivo de alrededor de 700.000, que había reducido en 50.000 desde los 750.000 a mediados de abril debido a las restricciones por la pandemia en Shanghái.
Si bien la actividad en el sector de servicios de Japón se está recuperando gracias en parte a un modesto repunte del gasto posterior a la pandemia, el sector manufacturero del país enfrenta la presión de las interrupciones en el suministro de piezas y chips de alta tecnología.
El gobierno recortó su evaluación de la producción industrial, diciendo que se estaba debilitando.
Los fabricantes encuestados por el Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI) esperaban que la producción repuntara un 12,0 % en junio, seguida de una expansión del 2,5 % en julio.