Proyecto de ley que afecta a los controles y contrapesos entre poderes públicos genera controversia en Perú
Un proyecto de ley que busca restringir el poder discrecional de los jefes de Estado para disolver el Parlamento pudiendo disolver el Congreso y convocar a nuevas elecciones legislativas ha generado polémica entre los legisladores peruanos.
En un escenario en el que el presidente Pedro Castillo no tiene mayoría parlamentaria y podría enfrentar repetidas obstrucciones de la oposición, los legisladores de derecha están presionando por una enmienda a la norma constitucional que faculte al Ejecutivo a solicitar la confianza del Gabinete en cualquier momento y en cualquier forma, según lo dispuesto por el Tribunal Constitucional al descartar cualquier modificación que afecte la esencia del equilibrio de poderes, ya que el Parlamento tiene la facultad de destituir al presidente.
Ambos casos han llegado a suceder. El expresidente Martín Vizcarra disolvió un Congreso obstruccionista dominado por el fujimorismo y otras versiones de derecha, solo para ser derrocado por la legislatura subsiguiente.
Ante el dictamen del Tribunal Constitucional, la oposición pretende aprobar una “ley de interpretación auténtica” que limite la llamada cuestión de la confianza únicamente a situaciones en las que estén en juego políticas esenciales del Ejecutivo.
El ministro de Justicia, Aníbal Torres, y el jurista Omar Cairo, señalan que modificar los términos de la solicitud de confianza requiere una reforma constitucional, que lleva tiempo y una mayoría parlamentaria de dos tercios, que la oposición no tiene.
Torres señaló que el proyecto intenta aplicar cambios que «podrían afectar indirectamente los principios y derechos que, de modificarse, introducirían desorganización e incoherencia».
“Las reformas constitucionales también deben ser analizadas a la luz de los principios que orientan la interpretación de la Constitución, los cuales han sido definidos por la Corte Constitucional”. él explicó.
La presidenta de la Comisión de Constitución, Patricia Juárez, a su vez, sostiene que el proyecto busca corregir una situación de ‘desequilibrio de poderes’ a través de la interpretación del artículo 132 de la Constitución y niega objetivos políticos a la propuesta.
El Parlamento pretende acelerar el nombramiento de los suplentes de la mayoría de los miembros del Tribunal Constitucional, que han caducado y aprobaron el dictamen anterior y nombrar nuevos que den luz verde a la “interpretación auténtica”.
El proyecto en discusión, para el constitucionalista Omar Cairo, es contrario a la Carta Magna y afecta el equilibrio Ejecutivo-Legislativo y contradice la jurisprudencia del TC.
El texto en discusión establece que el Gobierno no podrá solicitar confianza en los casos en que lo vincule a un proyecto de reforma constitucional o cualquier tema que el Parlamento considere de su competencia. “Con esto, este proyecto o predicción no restablece el equilibrio de poderes, sino que lo afecta,” dijo El Cairo, recordando el fallo anterior que no pone límites a las solicitudes de confianza.
“Lo que quieren hacer es reprimir lo señalado por el intérprete supremo de la Constitución, quieren interpretar al máximo intérprete”. afirmó en una deliberada redundancia.
Si el proyecto tiene éxito, el Parlamento podrá negar su discreción a los gabinetes ministeriales, lo que sería un arma de constante desestabilización y, según El Cairo, dejaría al Gobierno indefenso ante el poder del Congreso de destituir al presidente por la vaga causa. de «incapacidad moral permanente», una idea que, según informes, fue dirigida al primer ministro Guido Bellido.
Mientras tanto, la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, ha negado las acusaciones del partido gobernante de que tiene una «actitud antidemocrática y golpista».
Los partidarios del presidente Castillo han afirmado que la oposición buscaba destituirlo de su cargo y desestabilizar la democracia.