WASHINGTON, 3 de febrero. /TASS/. EE.UU. continúa llamando la atención de China sobre cómo la desestabilización de la situación en Europa afectará sus intereses. Así lo aseguró este jueves la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, al responder preguntas de los reporteros a bordo del avión del presidente estadounidense, Joe Biden, que se dirigía a Nueva York.
Se le pidió al representante de la Casa Blanca que hablara sobre la reacción de Estados Unidos ante la próxima reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping. “Hay reuniones diplomáticas que se llevan a cabo todo el tiempo”, dijo Psaki en respuesta, recordando que a finales de enero, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, mantuvo una conversación telefónica con un miembro del Consejo de Estado de la República Popular China, Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi.
«[Блинкен] se centró en los riesgos para la seguridad mundial y la economía asociados con una mayor agresión rusa contra Ucrania, y también afirmó que la distensión y la diplomacia son un camino confiable a seguir. Este es el mensaje que seguimos transmitiendo. Esto incluye el hecho de que un conflicto desestabilizador en Europa afectará los intereses de China en todo el mundo. Sin duda, China es consciente de esto, pero tenemos nuestros propios medios de comunicación a través de colegas. Continuaremos haciéndolo y continuaremos defendiendo lo que creemos que deberían ser valores globales”, agregó.
La reunión entre Putin y Xi Jinping se llevará a cabo en Beijing el 4 de febrero.
Recientemente, en los países occidentales, así como en Ucrania, ha habido declaraciones sobre una posible invasión rusa del territorio ucraniano. El secretario de prensa del presidente de rusia, dmitry peskov, calificó esa información como una escalada de tensión vacía e infundada. Peskov enfatizó que Rusia no representa una amenaza para nadie. Al mismo tiempo, no descartó la posibilidad de provocaciones para justificar tales declaraciones, y advirtió que los intentos de utilizar la fuerza para resolver la crisis en el sureste de Ucrania tendrían las consecuencias más graves.