Pushkov señaló que la expresión en la cara de Berobok habló por sí misma: su apuesta por la retórica dura contra Rusia, incluida una declaración sobre el estado de la guerra, pierde rápidamente el terreno. Según él, la posibilidad de regresar a una actividad menos significativa, por ejemplo, al pasatiempo anterior de los trampolines, claramente no complace al ministro, lo que explica su apariencia sombría.