Lenard y Lily Chew, ambos de 36 años, fueron compañeros de clase en la universidad. Eran amigos e incluso trabajaron juntos en proyectos (aunque eso no salió tan bien). Ahora casados, el dúo está trabajando en lo que parece ser el proyecto grupal más grande de sus vidas: su negocio compartido, una compañía de matrículas llamada Lil’ but Mighty con cinco centros en toda la isla, y eso también, con tres hijos de cuatro, seis y ocho años. a remolque.
En la segunda serie de CNA Women’s Valentine’s Day sobre parejas en los negocios, descubrimos por qué eligieron no solo ser socios en el hogar, sino también en el trabajo, y qué se necesita para hacerlo bien en ambos.
LO PRIMERO ES LO PRIMERO: CUÉNTANOS UN POCO SOBRE CÓMO SE JUNTARON.
Lirio: Lenard y yo nos conocimos en la universidad. Siempre habíamos sido buenos amigos, y después de graduarnos, nos mantuvimos en contacto. Fue solo más tarde, cuando ambos estábamos trabajando (Lily enseñaba en la escuela primaria de Rulang, mientras que Lenard era asociado en la firma de auditoría KPMG) y nos volvimos a encontrar que decidimos conocernos un poco más. A los 27 años nos casamos y unos tres años después abrimos nuestro primer centro de enseñanza.
¿POR QUÉ EMPEZAR JUNTOS UNA EMPRESA Y EN ESPECÍFICO UNA ESCUELA?
Lirio: Lil’ but Mighty es un centro boutique de educación en inglés. Siempre me ha gustado enseñar y pensar en formas creativas de ayudar a los estudiantes a comprender mejor lo que están aprendiendo.
Cuando salíamos, Lenard me preguntó casualmente si queríamos hacer negocios juntos en el futuro. En ese momento, él quería construir un negocio para que pudiéramos tener un legado para nuestros futuros hijos.
Después de la llegada de nuestro primer hijo, sentimos que era hora de que demos un salto de fe y persigamos nuestra pasión sin dejar de tener un arreglo que nos permita estar presentes para nuestros hijos.
¿QUÉ LE HA CAUSADO TENSIÓN EN EL PASADO Y CÓMO LO SUPERÓ?
Lirio: Tenemos estilos de trabajo muy diferentes. Lenard es alguien que planifica con anticipación y está muy estructurado con sus cronogramas. Tengo un espíritu más libre y soy bastante flexible con mi tiempo. Tengo la tendencia a tomarme las cosas con calma cuando se trata de plazos y luchar hasta el último minuto.