El Reino Unido se enfrenta a una fuerte multa por no declarar los derechos de aduana aplicados a las importaciones de calzado chino cuando aún estaba en la UE, según una sentencia del martes del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La oficina de impuestos del Reino Unido no recaudó los montos correctos de los derechos de aduana y el impuesto al valor agregado sobre las importaciones chinas entre 2011 y 2017. Esto fue a pesar de tres advertencias separadas de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude, OLAF, de que existía un riesgo de infravaloración extrema de importaciones de textiles y calzado de China por empresas ficticias creadas para hacer que las transacciones fraudulentas parezcan comercio legítimo.
Los investigadores de la OLAF descubrieron que los grupos del crimen organizado utilizaban facturas falsas para infravalorar los productos chinos destinados a Europa y al mercado negro.
La Comisión Europea presentó un caso contra el Reino Unido en 2018 cuando las dos partes aún estaban negociando los términos de la salida del Reino Unido de la UE. Argumentaron que había “incumplido sus obligaciones bajo la legislación de la UE sobre control y supervisión en relación con la recuperación de recursos propios y bajo la legislación de la UE sobre aranceles aduaneros e IVA”.
El caso abrió una nueva fila entre Londres y Bruselas sobre el arreglo financiero que tuvo que pagar el Reino Unido al salir del bloque.
El entonces comisario de presupuesto de la UE, Gunther Oettinger, dijo a los eurodiputados que el caso “no tenía nada que ver con el Brexit” y que el ejecutivo de la UE estaba obligado a “garantizar que, en lo que respecta a los derechos de importación, los estados miembros impongan la cantidad correcta”.
La OLAF había pedido a todos los estados miembros que controlaran sus importaciones de dichos productos, realizaran los controles aduaneros apropiados y tomaran las medidas de salvaguardia adecuadas si hubiera alguna sospecha de precios facturados artificialmente bajos.
En su fallo, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas concluyó que “el Reino Unido no cumplió con sus obligaciones en virtud de la legislación de la UE al no aplicar medidas efectivas de control aduanero o no ingresar en las cuentas los montos correctos de los aranceles aduaneros”.
Sin embargo, rechazó la afirmación de la Comisión de que el Reino Unido debería pagar una compensación de 2680 millones de euros, lo que significa que la Comisión deberá volver a calcular lo que cree que se le debe por el acuerdo del Tribunal y el Reino Unido.
El Reino Unido está sujeto a las sentencias del TJUE desde que aún era miembro de la UE.
En respuesta, el gobierno del Reino Unido declaró que respondería a la sentencia “a su debido tiempo”.
“En todo momento, hemos argumentado que tomamos medidas razonables y proporcionadas para abordar el fraude en cuestión y que la Comisión exageró enormemente el tamaño y la gravedad del presunto fraude”, dijo un portavoz del gobierno del Reino Unido.
“El Reino Unido siempre se ha tomado muy en serio el fraude aduanero y evoluciona su respuesta a medida que surgen nuevas amenazas”, agregó el portavoz.