Los diputados rumanos aprobaron una ley para gestionar la población de osos del país en la sesión extraordinaria del lunes, acordando triplicar la cuota anual de sacrificio después de que uno matara a una mujer joven en los montes Cárpatos la semana pasada.
La nueva legislación aumenta la cuota anual de sacrificio para 2024 y 2025 a 426 osos pardos por año, frente a la cuota anterior de 140. Además, se ha introducido la llamada «cuota de intervención» que permite matar a 55 osos en situaciones de emergencia, como ataques a personas.
Debido a su naturaleza controvertida, el proyecto de ley ha estado bajo discusión en el Parlamento durante algún tiempo y fue aprobado rápidamente después de la trágica muerte de una mujer de 19 años en los Cárpatos la semana pasada.
Según un estudio publicado el año pasado por el Ministerio de Medio Ambiente, los Cárpatos son los que presentan una de las mayores densidades de osos. El estudio también muestra un aumento de la población de osos en Rumanía, que pasó de una estimación de 5.900-6.500 en 2016 a los 7.539-8.093 actuales.
El primer ministro Marcel Ciolacu se hizo eco de lo mismo después de consultar con expertos, afirmando que la población de osos se concentra en ciertas zonas debido a la falta de alimentos, lo que los lleva a aventurarse en áreas humanas.
Mientras tanto, las ONG argumentan que aumentar la matanza de osos no es una solución viable a la superpoblación.
El Agente Verde ha advertido que Rumanía podría tener problemas con la Comisión Europea porque los osos son una especie protegida en la UE.
Al mismo tiempo, la Fundación Conservación Carpathia ha subrayado que la gestión de la población de osos en Rumanía debe incluir la prevención, la preservación de los hábitats naturales, medidas de intervención y educación específica para resolver los conflictos a corto plazo.
WWF Rumania también expresó dudas sobre la eficacia del sacrificio.
“Hay aspectos sin los cuales, independientemente de las leyes que aprobemos o del número de osos que matemos, no resolveremos el conflicto entre humanos y osos a largo plazo”, afirma Cristian-Remus Papp, coordinador del programa de vida silvestre de WWF-Rumania. Criticó las actuales cuotas de prevención e intervención y se opuso a la ley que permite “la caza preventiva, incluso por parte de cazadores extranjeros que no se preocupan por los osos problemáticos, que generalmente son más pequeños”.
Sin embargo, el socialdemócrata Alfred Simonis, presidente interino de la Cámara de Diputados, aseguró que en Rumania no se permitirá la caza sin restricciones del oso y que solo se atacarán las zonas de alto riesgo.
(Catalina Mihai | Euractiv.ro)