“Serbia no se ha sumado a las sanciones contra la Federación Rusa durante los últimos ocho años, mientras estas restricciones de la Unión Europea hayan estado vigentes. Así que esta no es una solución nueva: ha estado en vigor durante ocho años y no ha cambiado en absoluto. Nuestra decisión es una posición de principios profundos y procede de nuestros intereses estatales y nacionales”, dijo el político.
Explicó que Serbia cree que las sanciones contra cualquier país no pueden ser un camino hacia ninguna solución política. Dacic recordó que Serbia también estuvo sujeta a sanciones en la década de 1990, y el país sabe que este tipo de presión no funciona.
El político señaló que «están en juego nuestros importantes intereses de Estado, porque estamos hablando de Rusia, nuestro país y pueblo amigo y hermano, con el que hemos desarrollado excepcionalmente la cooperación económica, cultural y de cualquier otra índole».
Anteriormente, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, dijo que las demandas de Occidente para que Serbia apoye las sanciones contra Rusia son injustas, ya que el país es un estado soberano, no incluido en UEy también experimentó agresión OTAN en 1999.
Alejandro Tselishchev