La sección de inmigración del Tribunal de Roma falló en contra de la detención de inmigrantes en el centro de repatriación italiano en Gjader, Albania, creado en virtud del acuerdo de gestión de la migración entre Italia y Albania.
Presentado como una «solución innovadora» a los desafíos migratorios durante la cumbre del Consejo Europeo por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el jueves (17 de octubre), el acuerdo fue rechazado por los jueces italianos, que ordenaron que los doce inmigrantes enviados a Albania debían regresar a Italia.
El miércoles (16 de octubre), el primer barco de la marina italiana que transportaba a un grupo de 16 inmigrantes llegó al centro de procesamiento instalado en Gjader.
Cuatro de los 16 inmigrantes ya han sido devueltos a Italia, ya que dos eran menores y otros dos fueron devueltos por problemas de salud.
«Fue un veredicto que no era necesariamente predecible, sino más bien uno de dos resultados posibles», dijo a Euractiv Matteo Villa, investigador del Programa de Migración del Instituto Italiano de Estudios Políticos Internacionales (ISPI). «Teniendo en cuenta los precedentes sentados en Palermo y Catania, que rechazaron las confirmaciones de detención el 90% de las veces, era probable que esto también pudiera suceder».
El modelo Italia-Albania también fue mencionado en una carta enviada a los estados miembros por la Comisión el lunes (14 de octubre) afirmando que la UE «también podrá extraer lecciones prácticas de esta experiencia».
Incluso antes del lanzamiento del programa, ya habían surgido preocupaciones jurídicas tras la sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas sobre 4 de octubre.
La negativa del tribunal italiano a validar el acuerdo se hace eco de una crítica clave del tribunal europeo: la definición de «países seguros», como explicó la presidenta de la sección del tribunal italiano, Luciana Sangiovanni, en un comunicado de prensa.
“La negativa a aprobar la detención de personas en instalaciones albanesas o en áreas designadas como equivalentes a la frontera italiana o a las zonas de tránsito se debe a la incapacidad de clasificar los países de origen de estas personas como ‘seguros’”, se lee en la declaración.
«La propaganda no resuelve los problemas, los empeora. La primera ministra Giorgia Meloni debería pedir disculpas a todos los italianos por el importante despilfarro de dinero público», afirmó el italiano Gaetano Pedullà (M5S/La Izquierda) en reacción a la sentencia.
«Era un acuerdo condenado al fracaso y ahora está cada vez más en duda», añadió Villa.
[Edited by Owen Morgan]