Donald Trump ha prometido cambiar el nombre del Golfo de México como “Golfo de América”, mientras arremetía contra el vecino del sur de Estados Unidos calificándolo de “lugar muy peligroso”.
La última andanada de Trump contra México se produjo mientras hablaba con periodistas desde su propiedad de Mar-a-Lago en Florida, menos de dos semanas antes de su toma de posesión para un segundo mandato en la Casa Blanca.
Durante la conferencia de prensa, prometió “imponer aranceles a Dinamarca a un nivel muy alto” a menos que el país cediera el control de Groenlandia.
También pidió a los miembros de la OTAN que gasten el 5 por ciento de su PIB en defensa, confirmando una informe en el Financial Times del mes pasado. La medida, que duplicaría con creces el objetivo actual, marca un nuevo desafío para la alianza transatlántica.
El presidente electo rechazó descartar el uso de la fuerza para obtener Groenlandia o tomar el control del Canal de Panamá.
Cuando se le preguntó si excluiría el uso de la coerción militar o económica para cualquiera de los objetivos, dijo: “No, no puedo asegurarle ninguno de esos dos. Pero puedo decir esto: los necesitamos para la seguridad económica. . . Necesitamos a Groenlandia por razones de seguridad nacional”.
Esta es una historia en desarrollo.