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SHANGHÁI. El mercado de carbono de China, que tiene un año de antigüedad, le ha dado a más de 2.000 centrales eléctricas una muestra del comercio de emisiones, pero las fallas de diseño y el fraude de datos han significado reducciones limitadas de gases de efecto invernadero a gran escala y ganancias ambientales, dicen los expertos.
El muy anunciado Esquema de Comercio de Emisiones (ETS) de China ya es el más grande del mundo y regula alrededor de 4.500 millones de toneladas de producción anual de CO2 de la industria energética. Casi 200 millones de toneladas de carbono cambiaron de manos en el primer año de operaciones por un valor total de 8.500 millones de yuanes (1.260 millones de dólares).
Sin embargo, el comercio ha sido relativamente lento, perseguido por un excedente de asignaciones de emisiones, así como por preocupaciones sobre la precisión de los datos.
«En términos de impacto, en términos de ganancias ambientales, claramente ha sido limitado», dijo Matt Gray, cofundador de TransitionZero, un grupo de expertos sobre el clima.
Algunas de las críticas al ETS se deben al diseño del esquema. Los derechos de emisión se otorgan de forma gratuita y no se determinan por los volúmenes absolutos de emisión, sino por los puntos de referencia de eficiencia de la industria establecidos en un nivel relativamente bajo.
Aunque las ganancias ambientales han sido limitadas hasta ahora, el enfoque cauteloso de China fue diseñado para ganar experiencia y solucionar cualquier problema potencial sin sobrecargar a sus empresas.
Otros ETS, incluido el segundo más grande del mundo en Europa, también tardaron en establecerse, pero los volúmenes comerciales han aumentado de manera constante desde su lanzamiento en 2005. El grupo de expertos Ember atribuye al plan la reducción de las emisiones de energía del carbón del continente en un 43 % desde 2013. a 2019.
Liu Youbin, vocero del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente (MEE), dijo en una sesión informativa el jueves que construir el ETS era «complicado» y «aún en una etapa inicial», y que las autoridades continuarían realizando mejoras.
FRAUDE
La precisión de los datos sigue siendo una preocupación importante, ya que el MEE nombró y avergonzó a los actores del mercado en marzo por manipular y falsificar informes de prueba y otros delitos menores.
El portavoz del ministerio, Liu, dijo que la represión sirvió como un elemento disuasorio efectivo.
Pero el fraude sigue siendo uno de los principales desafíos y China aún tiene que abordarlo por completo, según Shawn He, un abogado con sede en Beijing que asesora a empresas sobre el cumplimiento de las normas de carbono.
«Fue una buena medida del regulador», dijo He. «Pero me temo que las sanciones por tales malas prácticas… son demasiado pequeñas para intimidar. Espero que eso cambie con la nueva legislación que se adoptará en un futuro próximo».
China tiene como objetivo expandir el ETS a otros sectores industriales a partir de este año, con materiales de construcción, acero y metales no ferrosos, todos preparándose para unirse. Eso podría plantear desafíos aún mayores en lo que respecta a la precisión de los datos, dijo Gray.
«Si no puede obtener datos correctos sobre la energía, entonces no hay forma de obtener datos correctos sobre la industria pesada, porque los subsectores de la industria pesada son mucho más opacos», dijo.
Muchos de los problemas que enfrenta el mercado de carbono de China podrían resolverse rápidamente, pero es poco probable que el gobierno considere el tema como una prioridad este año mientras trata de garantizar el suministro de energía y rejuvenecer una economía golpeada por los bloqueos de COVID-19, agregó Gray.
«Creo que es obvio que esas serán las prioridades clave y, como consecuencia, creo que el comercio de emisiones podría pasar a un segundo plano en términos de su eficacia como política».
($1 = 6,7685 yuanes)
