Una organización no gubernamental buscó el lunes respuestas sobre la muerte de dos oficiales franceses asesinados en los primeros días del genocidio de Ruanda de 1994, según muestra una denuncia judicial a la que tuvo acceso la AFP.
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El ONG Survie (Supervivencia) que aboga por mejores relaciones entre Francia y Áfricaasí como dos familiares, presentaron el lunes una denuncia solicitando una investigación sobre las muertes de los policías militares René Maier y Alain Didot, así como de su esposa Gilda Didot, en Kigali, la capital de Ruanda.
Exactamente tres décadas después, «esta denuncia pretende establecer responsabilidades en la muerte de dos gendarmes franceses y de la esposa de uno de ellos en Kigali… en circunstancias que siguen siendo misteriosas», afirmó Survie en un comunicado.
Afirmó que una nota de inteligencia francesa de ese año sugería que «los tres ciudadanos franceses podrían haber sido eliminados después de ser testigos» del asesinato del presidente hutu el 6 de abril de 1994. Juvenal Habyarimana.
El derribo de su avión sobre Kigali desencadenó la genocidio que mató a más de 800.000 personas entre abril y julio de 1994, en su mayoría pertenecientes a la minoría tutsi pero también a hutus moderados.
Didot, técnico de radio, había llegado en 1992 para asesorar al ejército ruandés y asegurar las comunicaciones de la embajada francesa, según la denuncia.
Maier, técnico asistente, llegó en 1993.
Las masacres de tutsis comenzaron al día siguiente del asesinato de Habyarimana.
Un día después, el 8 de abril de 1994 se informó de la muerte del matrimonio Didot.
Las fuerzas de paz de la ONU procedentes de Bélgica recuperaron sus cuerpos el 12 de abril. Encontraron los restos de Maier al día siguiente.
Los demandantes afirman que los cuerpos fueron luego repatriados a través de la República Centroafricana, donde se emitieron los certificados de defunción. Pero dicen que existen un total de ocho certificados inconsistentes para las tres personas.
Nunca se realizó ninguna autopsia ni investigación, afirman.
El presidente de Ruanda Pablo Kagame El domingo dijo que la comunidad internacional le había «fallado» a su país durante el genocidio de 1994 al rendir homenaje a las víctimas 30 años después de que los extremistas hutus desgarraran la nación.
Desde entonces, la pequeña nación ha encontrado su posición bajo el gobierno de mano de hierro de Kagame, quien dirigió la milicia rebelde que puso fin a las matanzas.
(AFP)