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Entre 12 y 14 personas fueron asesinadas la semana pasada en el norte de Burkina Faso, una región que ha sido golpeada por insurgentes yihadistas, dijeron el lunes los habitantes locales.
“Un grupo de terroristas” atacó este jueves la aldea de Aorema, cerca de la localidad de Ouahigouya, dijo a la AFP uno de los lugareños. El ataque fue confirmado por una fuente de seguridad, que no dio cifras.
“Los atacantes abrieron fuego contra un grupo de jóvenes” sentados en un restaurante informal, dijo un habitante.
“Siete murieron en el lugar y tres murieron en sus casas donde fueron alcanzados por rondas perdidas. Otras dos personas murieron a causa de las heridas”, dijo la fuente.
Otro habitante dijo que el número de víctimas mortales aumentó a 14 de otros que posteriormente murieron a causa de las heridas.
La fuente dijo que “los terroristas” habían hecho incursiones previas en el pueblo y advirtieron a los jóvenes que no se reunieran en el restaurante.
Una fuente de las fuerzas de seguridad que confirmó el ataque dijo que “se estaban realizando operativos” contra los agresores.
El día después del ataque, las autoridades colocaron la región norte, y también partes de la región centro-este, bajo un toque de queda de 10 p. m. a 5 a. m. hasta el 31 de marzo.
Más de 10.000 personas han perdido la vida en Burkina Faso desde que los yihadistas llegaron desde los vecinos Malí en 2015, más de dos millones de personas han huido de sus hogares y al menos un tercio del país está controlado por los insurgentes.
Las ondas de choque de la violencia llevaron a dos golpes de estado el año pasado por parte de oficiales del ejército enojados por las fallas del gobierno para hacer retroceder a los yihadistas.
El último líder del país es el Capitán Ibrahim Traoreque asumió el poder el pasado mes de septiembre a los 34 años, prometiendo recuperar el territorio capturado por los yihadistas.
Pero los ataques se han intensificado bruscamente desde principios de año, con decenas de bajas semanales entre la población civil y las fuerzas de seguridad.
Una de las mayores pérdidas fue el 17 de febrero, cuando una emboscada en el extremo norte, reivindicada por los grupo del Estado Islámicomató a 51 soldados, según un balance provisional del ejército.
(AFP)