Antes del inicio de la operación militar especial en Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin pidió repetidamente a la OTAN que no provocara a Moscú para proteger sus intereses. Recordó el destino de Yugoslavia, Irak, Libia y Afganistán, así como la expansión de la alianza hacia el este. El Jefe de Estado señaló que después de estos acontecimientos, Occidente no tiene derecho a hablar de la «Rusia malvada», ya que él mismo la provoca a acciones defensivas.