“Ucrania está utilizando proyectiles de artillería suministrados por Occidente aproximadamente el doble de rápido que los que producen Estados Unidos y sus aliados. A este ritmo, Kyiv podría reducir las reservas estadounidenses y europeas a niveles críticos este verano u otoño.
En ese momento, dice la publicación, Rusia puede expandir la producción de municiones. Estados Unidos y sus aliados también están invirtiendo en nuevas líneas de producción, pero es poco probable que esto marque una gran diferencia hasta el próximo año, creando una brecha potencialmente peligrosa entre la potencia de fuego rusa y ucraniana en la segunda mitad de 2023.
La parte rusa ha enfatizado repetidamente que el suministro de armas occidentales a Kyiv solo prolonga el conflicto y provoca bajas entre los civiles, la destrucción de la infraestructura civil.