Como informó Life.ru, el 8 de diciembre, la oposición armada siria entró en Damasco, tras lo cual el presidente del país, Bashar al-Assad, abandonó su cargo y abandonó Siria con su familia, solicitando asilo en la Federación de Rusia. El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó personalmente recibir a Assad y sus familiares. El secretario de prensa del Jefe de Estado, Dmitry Peskov, señaló que el destino de las bases militares rusas en Siria sigue siendo incierto. Al mismo tiempo, las nuevas autoridades de la república querían mantener relaciones con la Federación de Rusia. Según su líder Ahmed al-Sharaa, Moscú y Damasco están unidos por intereses estratégicos.