El 30 aniversario del tratado de Maastricht es un recordatorio de los éxitos de la integración europea y la necesidad de hacer avanzar a la UE, escriben Timmy Dooley e Ilhan Kyuchyuk.
El senador irlandés Timmy Dooley y la eurodiputada Ilhan Kyuchyuk son los copresidentes interinos del partido ALDE
El Tratado de la Unión Europea cumple 30 años, y no hay mejor oportunidad para recordar cuánto cambió nuestro continente para mejor, así como los desafíos que debe superar para las generaciones futuras.
El Tratado de la Unión Europea, firmado en Maastricht el 7 de febrero de 1992, fue un gran paso adelante para la integración europea. Al introducir la ciudadanía de la UE, ampliar las competencias del Parlamento Europeo y contemplar la moneda única europea, democratizó la Unión y la preparó para las olas de ampliación de 1995, 2004, 2007 y 2013.
El Tratado también reconoció a los partidos políticos europeos como entidades que “contribuyen a formar una conciencia europea y expresar la voluntad política de los ciudadanos de la Unión”. Esta audaz declaración permitió la creación de un espacio político y cívico europeo, que sigue siendo crucial para fortalecer la identidad y los objetivos comunes de los ciudadanos europeos. También allanó el camino para que el Partido ALDE, la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, se convirtiera en la familia política paneuropea que somos hoy.
El 30 aniversario del Tratado de Maastricht es un momento para reflexionar sobre los desafíos actuales y la dirección futura de la integración europea. Este último debe abordarse en estrecha relación con los ciudadanos europeos, aprovechando al máximo la Conferencia sobre el Futuro de Europa (COFOE) en curso.
A lo largo de la Conferencia, hemos aprovechado el potencial tanto de nuestros partidos miembros como de los miembros individuales, comprometiéndonos con los ciudadanos en nuestra serie de reuniones en el Ayuntamiento de Hans van Baalen.
Nuestro objetivo para estos cabildos y todo el proceso COFOE es fomentar un mecanismo genuino y participativo con resultados y reformas concretas. Siguiendo a COFOE, los liberales esperan trabajar a nivel europeo para establecer una Convención sobre el Futuro de Europa para implementar las conclusiones de la Conferencia.
Ahora más que nunca, la crisis en la frontera ucraniana nos recuerda que la Unión Europea necesita más unidad. Una voz europea fuerte y coherente debe tener un asiento en la mesa y ser escuchada, alta y clara. Para que esto suceda, debemos reforzar institucionalmente el Servicio Europeo de Acción Exterior y mejorar las competencias del Alto Representante de la UE, que debería actuar como ministro de Asuntos Exteriores de la UE.
Para que la UE sea un actor fuerte en la escena global, no debemos ceder nuestros valores fundamentales dentro y fuera de la Unión. Los gobiernos húngaro y polaco, con su falta de respeto por las condiciones de adhesión a la UE y el constante socavamiento de la unidad europea, necesitan sentir el poder de una posición común de la UE. El mecanismo de condicionalidad que vincula la asignación de fondos de recuperación de la UE al respeto de los principios del Estado de derecho de la UE también debe aplicarse con fuerza.
En consecuencia, debe abrirse un nuevo capítulo del espacio político y cívico europeo mediante la introducción de listas transnacionales en las elecciones al Parlamento Europeo de 2024.
“La integración europea es el gran éxito y uno de los pocos logros positivos del siglo XX”, dijo el profesor Bronisław Geremek, arquitecto de la democracia liberal de Polonia y ex miembro del Grupo ALDE en el Parlamento Europeo (2004-2008). Enfrentando los desafíos de los tiempos modernos, el Partido ALDE y los liberales europeos en todas partes continuarán trabajando incansablemente para construir un futuro mejor para las generaciones venideras.