Las Naciones Unidas advierten que, en medio de otras preocupaciones sobre el conflicto en curso en Ucrania, el impacto en el suministro de trigo y alimentos va mucho más allá de sus fronteras y tiene el potencial de empeorar las cosas en países como Somalia, que ya se enfrentan a una crisis de hambre.
“Durante meses, los países en desarrollo han estado luchando para recuperarse de la pandemia, con una inflación récord, tasas de interés en aumento y cargas de deuda inminentes, mientras que su capacidad de respuesta ha sido borrada por aumentos exponenciales en el costo de la financiación”, dijo el Secretario General de la ONU. Antonio Guterres.
“Ahora su granero está siendo bombardeado”, agregó.
Rusia y Ucrania representan más de la mitad del suministro mundial de aceite de girasol y alrededor del 30 por ciento del trigo mundial, dijo Guterres. Ucrania por sí sola proporciona más de la mitad del Programa Mundial de Alimentos (PMA) suministro de trigo.
“Los precios de los alimentos, combustibles y fertilizantes se están disparando. Las cadenas de suministro están siendo interrumpidas. Y los costos y demoras del transporte de bienes importados, cuando están disponibles, se encuentran en niveles récord. Todo esto está afectando más a los más pobres y está plantando las semillas de inestabilidad política y disturbios en todo el mundo”, dijo Guterres.
Al menos 45 países africanos y menos desarrollados importan al menos un tercio de su trigo de Ucrania o Rusia, según la ONU. Los niveles de importación son de al menos el 50 por ciento en 18 de esos países.
La declaración de la ONU se produce cuando los combates se intensifican en Ucrania y países, incluido Egipto, planean los impactos. El primer ministro de Somalia, Mohamed Roble, dijo el lunes que su país corre el riesgo de pasar hambre ante la peor sequía desde 2011.