¿CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS PADRES Y LAS ESCUELAS?
Lo que los jóvenes realmente quieren escuchar son nuestras historias personales.
En casa, los padres pueden compartir sus propias experiencias personales, particularmente aquellas relacionadas con el fracaso y cómo lo superaron. A algunos les puede preocupar que sus hijos piensen menos de ellos si comparten historias tan poco halagadoras. Yo solía tener preocupaciones similares y descubrí que mis propias historias de reveses profesionales y personales han sido profundamente instructivas para los jóvenes.
Cuando se presentan como historias, los jóvenes son más receptivos a aprender que el fracaso puede ser una oportunidad para crecer: se les asegura que no es el fin del mundo cuando cometen errores, que las luchas y los errores son parte integrante del mundo laboral y en la vida.
Las escuelas pueden organizar más plataformas para que los estudiantes interactúen con profesionales a través de sesiones de diálogo en grupos pequeños, programas de tutoría o proyectos colaborativos. Estas iniciativas brindan a los estudiantes oportunidades para ver el lado humano de estos profesionales, una visión realista de diversas trayectorias profesionales y disipar cualquier mito o temor que puedan tener sobre el mundo profesional.
Una cosa que los jóvenes pueden hacer es explorar la posibilidad de realizar entrevistas informativas, en las que se conecten con profesionales (a través de correo electrónico o LinkedIn), aprendiendo más sobre sus trabajos e industrias en una conversación informal mientras toman un café o una comida.
Esto puede resultar muy intimidante, y aquí es donde toda la familia puede trabajar junta. Los padres pueden ayudar a desarrollar la confianza de sus hijos realizando entrevistas de práctica y compartiendo sus historias en el proceso. También pueden aprovechar esto como una oportunidad para invitar a colegas y amigos a compartir sus historias y experiencias como parte de la práctica.
En última instancia, estas historias son poderosas para desmitificar el camino que tienen por delante, capacitándolos para tomar sus propias decisiones y probar nuevas experiencias.
Al fomentar diálogos abiertos y compartir experiencias con adultos que trabajan, podemos ayudar a nuestros jóvenes a unir su mundo con el nuestro.
Jonathan Sim es miembro asociado de la Academia de Enseñanza NUS y profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Singapur.