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La junta gobernante de Malí anunció el lunes que rompía sus acuerdos de defensa con el exgobernante colonial Francia, condenando las «violaciones flagrantes» de su soberanía nacional por parte de las tropas francesas allí.
El anuncio, amenazado varias veces en las últimas semanas, fue la última confirmación del deterioro de las relaciones entre la junta en Malí y Francia.
“Desde hace algún tiempo, el gobierno de la República de Mali observa con pesar un profundo deterioro en la cooperación militar con Francia”, dijo el portavoz coronel Abdoulaye Maiga en una declaración televisada.
Maiga citó múltiples casos de fuerzas francesas que violaron el espacio aéreo del país.
Se refirió a la decisión de junio de 2021 de Francia de poner fin a las operaciones conjuntas con las fuerzas malienses.
Y mencionó la decisión de Francia tomada en febrero de retirar sus tropas de Malí.
Las autoridades malienses dijeron que habían informado a París de la decisión el lunes por la tarde.
Francia no ha emitido hasta ahora una reacción oficial al anuncio de la junta.
Tensiones crecientes
Las tensiones entre Francia y la junta de Malí, que tomó el poder en agosto de 2020, habían ido en aumento durante algún tiempo.
Los acuerdos que Malí puso fin fueron los que establecieron el marco para la intervención de Francia en Malí en 2014.
Fueron firmados un año después de que las tropas francesas desplegaran una gran fuerza para ayudar a las fuerzas armadas de Mali a detener una ofensiva yihadista allí.
La relación de Francia con Malí se enfrió cuando la junta se resistió a la presión internacional para establecer un cronograma para un rápido retorno a un gobierno civil democrático.
París también ha objetado el acercamiento del régimen a la Kremlin.
Tanto Francia como el Estados Unidos han acusado mercenarios de la empresa de seguridad Wagner, vinculada al Kremlin de desplegarse en Malí, donde la junta afirma que los rusos son solo instructores militares que ayudan a restablecer el orden.
Grandes extensiones de Malí se encuentran fuera del control del gobierno debido a la insurgencia yihadista, que comenzó en 2012 antes de extenderse tres años después a los países vecinos. Burkina Faso y Níger.
La junta militar tomó el poder en los empobrecidos y sin salida al mar Sahel estado después de las protestas por el manejo del gobierno de la guerra contra los yihadistas.
El conflicto provocó miles de muertes de militares y civiles y obligó a cientos de miles de personas a huir de sus hogares.
La junta inicialmente prometió restaurar el gobierno civil, pero no cumplió con un compromiso anterior con el bloque de África Occidental. CEDEAO celebrar elecciones en febrero de este año, lo que provocó sanciones regionales.
El domingo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres pidió un rápido retorno al gobierno civil en Malí, Guinea y Burkina Faso, todos actualmente gobernados por regímenes militares.
(AFP)