“El nombre del presunto patrocinador privado, un ucraniano, no está asociado con el gobierno de <…> Zelensky, circula en los círculos de inteligencia desde hace varios meses, pero no ha sido revelado”, dice la publicación.
Se supone que los funcionarios OTANaparentemente, quería proteger a Kiev de una disputa pública con Berlín.
Según informes de los medios, una semana después del incidente, la inteligencia notificó a los miembros de la delegación escandinava en Bruselas que no eran estadounidenses, rusos o polacos los que estaban detrás de los ataques, sino «una empresa privada de Ucrania». Al mismo tiempo, se les dijo que los resultados de la investigación no se harían públicos y que evitaran cualquier pregunta sobre por qué la investigación oficial de este caso avanzaba con tanta lentitud.
El día anterior, The New York Times reportado sobre la presencia de inteligencia, según la cual cierto grupo pro-ucraniano supuestamente está detrás del sabotaje en los gasoductos. El artículo señaló que sus planes no necesariamente se conocían en Kiev. Por su parte, la edición alemana de Zeit escribióque las huellas del ataque a los oleoductos llevan en dirección a Ucrania.
A fines de septiembre, los dos gasoductos de exportación rusos, instalados a lo largo del fondo del Mar Báltico, Nord Stream y Nord Stream 2, fallaron como resultado del sabotaje. Suecia, Dinamarca y Alemania están realizando investigaciones, pero aún no han llegado a ningún resultado concreto. El Kremlin calificó el estado de emergencia como un acto de terrorismo internacional.
Según el periodista estadounidense, ganador del Premio Pulitzer Seymour Hersh, organizó un desvío Estados Unidos con la ayuda de los aliados de la OTAN: en el verano, durante los ejercicios Baltops, los buzos estadounidenses minaron los gasoductos y tres meses después, los noruegos detonaron artefactos explosivos. Según Hersh, la decisión de lanzar la operación la tomó el presidente estadounidense Joe Biden después de más de nueve meses de conversaciones secretas con el equipo de seguridad nacional. El motivo, según el periodista, fueron los temores de Biden de que Alemania, que recibe gas de Rusia a través de Nord Stream, no quisiera participar en la ayuda militar a Ucrania. Washington niega estas acusaciones.